El árbol familiar

Escrito Por Jimmy Purchase

“Registro genealógico de Jesucristo, hijo] de David y de Abraham…Así que hubo en total catorce generaciones desde Abraham hasta David, catorce desde David hasta la deportación a Babilonia, y catorce desde la deportación hasta el Cristo. El nacimiento de Jesucristo fue así: Su madre, María, estaba comprometida para casarse con José; pero, antes de unirse a él, resultó que estaba embarazada por el poder del Espíritu Santo” — Mateo 1:1/18 (NVI).

¿Cuál es la historia de tu familia? ¿Has estudiado tu vida y las historias de tus antepasados?

En la película Hitch (una de mis favoritas de todos los tiempos), el personaje de Will Smith lleva a su cita a Ellis Island con la esperanza de impresionarla mostrándole la firma de su tatarabuelo en el archivo del manifiesto. Toda la escena se desarrolla hasta este momento en que su cita ve la firma. Y tan pronto la ve, rompe a llorar... no lágrimas de alegría, sino lágrimas de tristeza. ¿Por qué? Porque resulta que este tatarabuelo suyo cometió varios delitos graves, empañando así su apellido por generaciones.

La familia puede ser una palabra cargada. Cada árbol genealógico está lleno de historias, algunas buenas y otras malas. Estoy seguro de que hay historias de alegría, hermanos que formaron lazos profundos y matrimonios que resistieron la prueba del tiempo. También estoy seguro de que hay historias de ruptura, ira y relaciones fallidas. "¿Qué tiene que ver esto con la Navidad?", te preguntarás. Mucho. El árbol genealógico de Jesús es como el nuestro.

Echemos un vistazo a algunas de las historias dentro de la ascendencia de Jesús:

Abraham permitió que su temor se apoderara de él y eligió protegerse a sí mismo en lugar de a su esposa (Génesis 12:10–13).

Jacob vivió una vida marcada por el engaño, lo que resultó en años de conflictos familiares y quebrantamiento (Génesis 28–33).

Judá, por ira y celos, vendió a su hermano José como esclavo (Génesis 37).

Tamar era una viuda sin hijos, por lo que se vistió como una prostituta del templo y sedujo a su suegro. Ella da a luz a gemelos y uno de ellos (Pérez) está incluido en este árbol genealógico (Génesis 38).

Rahab era prostituta y dirigía un burdel en Jericó (Josué 2-6).

Rut era una extranjera del linaje de Lot, no del de Abraham. Lot tiene una gran historia familiar disfuncional, de la que puedes leer todo en Génesis 19.

Salomón es otro nombre famoso mencionado en el árbol genealógico de Jesús, "cuya madre había sido mujer de Urías". Sabemos que el nombre de su madre es Betsabé, la mujer casada que el rey David llevó pecaminosamente a su dormitorio. El rey David luego asesinaría al esposo de Betsabé, Urías, lo que resultó en turbulencia y un profundo dolor familiar (2 Samuel 11–12).

En el linaje de Jesús, vemos historias de engaño, adulterio, racismo, sexismo, asesinato y mucho más. Pero aquí está la buena noticia: todas esas historias encuentran redención en el evangelio de Jesús.

La Navidad nos muestra que Jesús vino "a la tierra para experimentar nuestra tristeza" (del himno "Ven, Jesús a quien tanto esperamos"). ¡Su árbol genealógico nos muestra que Él ha hecho precisamente eso! La buena noticia de todo esto es que en la cruz, Jesús cargó con toda nuestra vergüenza. En la cruz, Jesús cargó con el pecado y la vergüenza de Abraham, Jacob, Tamar, Rahab y todos los demás miembros de su familia. La genealogía de Jesús nos muestra que solo Él puede redimir toda disfunción y quebrantamiento. Jesús pronuncia un mensaje más positivo frente a cualquier área de vergüenza.

Tal vez pienses que tu familia está demasiado loca para ser parte de la familia de Dios. Tal vez pienses que tu vida está demasiado rota, demasiado dañada por el pecado y la maldad para ser aceptada por Dios. Gracias a Jesús, puedes traer libremente todo tu pecado y vergüenza a Él. No importa lo que hayas hecho o de dónde vengas, nunca estás demasiado lejos del amor de Jesús. Él cargó con tu pecado y vergüenza, y solo Él puede redimir cualquier historia dolorosa y traer una verdadera restauración.

Pausa: Cuando piensas en tu historiao en la historia de tu familia, ¿qué cosas te vienen a la mente? ¿Hay algo de lo que te avergüences demasiado para llevarle a Jesús?

Práctica: Si Jesús llevó toda nuestra vergüenza en la cruz, eso significa que podemos ir a Él con valentía y confesar la parte de nuestra historia, incluso nuestra historia familiar, que nos hace sentir más avergonzados. Sabiendo que Jesús siempre nos recibe con compasión, ora y entrégale esas cosas a Él.

Ora: Señor Misericordioso, debido a mis errores pasados, mi propia vergüenza puede hacer que me sienta lejos de Ti. Pero en el evangelio, puedo ver que en realidad eres Tú el que corre hacia mí. Aunque me sienta en tinieblas, tú, Señor, eres siempre mi luz. Has tomado mi vergüenza y me has traído restauración. Y aunque mi historia tiene profundos niveles de pecado, Tú me has salvado y me has traído a Tu familia redimida. Puedes redimir todas las historias. Gracias por redimir la mía. Amén.