Espíritu SantoSample

Llenura del Espíritu. Un tema interesante de analizar es la llenura del Espíritu en la vida del creyente. Esto se debe a que muchos creen que es un acto "mágico" que ocurre de manera instantánea y que otorga poderes sobrenaturales, olvidando el tema de la obediencia y la sumisión a los mandatos divinos dados en la Palabra. En las Escrituras se nos dice en Hechos 1:8: "Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra". Ahora bien, ese poder transformador comienza con el cambio gradual de la persona, abandonando todo lo que antes practicaba. De hecho, podemos ver en Efesios 4:28-30 que se nos dice: "El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención". La llenura del Espíritu Santo se logra cuando dejamos de hacer lo malo, nos alineamos con lo que las Escrituras nos dicen, nos negamos a nosotros mismos y hacemos lo que la carne no quiere, pero que alimenta al Espíritu. Recordemos que debemos dar frutos que demuestren que somos hijos de Dios; no es solo decirlo, sino demostrarlo a través de nuestras acciones diarias. Oremos pidiendo al Padre que nos ayude a negarnos a nosotros mismos y a hacer su voluntad: Padre Bueno, te damos infinitas gracias por el gran amor con el que nos amas y por haber derramado tu poder en nuestra vida para hacer grandes cosas. En el nombre de Jesús, te pedimos que nos ayudes a negarnos a nosotros mismos, que dejemos atrás todo pensamiento vanidoso, toda altanería y orgullo, y que nos humillemos para poder ser llenos de tu Santo Espíritu, quien nos muestra en qué estamos fallando. Ayúdanos a dejar atrás al viejo hombre plagado de maldad y a hacer lo que es bueno y amable, para que aquellos que nos rodean vean en nuestra vida un reflejo de tu amor. Así brillaremos poderosamente en el poder y la unción de lo alto. Amén.