Espíritu SantoSample

La Tercera Persona de la Trinidad. Hablar de espíritus es considerado una locura por muchos y algo ilógico o relacionado con discursos esotéricos por otros; la realidad es que estamos rodeados de fuerzas que no comprendemos y que se manifiestan de diversas maneras. El Espíritu Santo es la esencia de Dios que mora en los hijos de Dios, aquellos que se han negado a sí mismos y siguen las enseñanzas y doctrina de Cristo. Él prometió en Juan 15:26, donde se nos dice: "Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí". Vemos cómo Jesús y el Padre son uno, y además, el Espíritu Santo también procede del Padre. Es así como llamamos al Espíritu Santo la tercera persona de la Trinidad, quien se manifiesta en las Escrituras desde el mismo inicio. En Génesis 1:2 se nos dice: "Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas". En la Escritura se habla mucho del Espíritu de Dios, el Espíritu Santo y la unción que trae sobre aquellos en quienes reposa. Vemos a profetas, guerreros, reyes, sacerdotes, salmistas y muchas personas ordinarias que experimentaron una gran transformación cuando el Espíritu de Jehová vino sobre ellos. No debemos menospreciar la maravillosa obra del Espíritu Santo en nuestra vida; tampoco debemos confundir por qué ha sido enviado, ya que Jesús lo dice claramente: viene a dar testimonio de Él, convencer al mundo del pecado, la justicia y el juicio, y consolarnos en medio de la tribulación. Demos gracias al Padre por derramar sobre nosotros tal poder y por ungirnos para alabar Su Nombre. Oremos: Padre bueno, te damos honor, gloria y alabanza por las grandes obras y maravillas que realizas en nuestra vida y a través de nosotros. Gracias porque nos has convencido de nuestra imperfección a través de Tu Santo Espíritu, y ahora somos hechos hijos tuyos mediante la adopción dada a través de Jesús. En Su poderoso nombre, te pedimos que ilumines nuestro entendimiento a través del Espíritu Santo y que utilicemos los dones y talentos que nos has dado para difundir el mensaje de esperanza y salvación que este mundo convulso necesita. Oramos para que Tu Santo Espíritu convenza a aquellos seres amados que todavía no te conocen de juicio, pecado y justicia, para que puedan arrepentirse de corazón y morar contigo en el Reino de los Cielos, además de ser fortalecidos en esta tierra para dar los frutos que te son agradables. Amén.