Jesús es la vid verdadera

Juan 15:1 – Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.

Dios utilizó repetidamente la vid como símbolo de su pueblo en las Escrituras hebreas (un ejemplo es Salmo 80:8-9). Sin embargo fue frecuentemente utilizado también en un sentido negativo (como en Isaías 5:1-2,7 y Jeremías 2:21). Jesús enseñó públicamente sobre Israel como una vid en la parábola de la viña (Mateo 21:33-44).

Jesús habló de este versículo a sus discípulos, probablemente cuando estaban en el aposento alto y se preparaban para partir. Utilizó la imagen de la vid porque en el antiguo Israel había vides por todas partes. Además, había una gran vid de oro colocada como decoración destacada en la fachada del templo que comunicaba la idea de que Israel era la vid de Dios. Según el teólogo Marcus Dods: “La vid era también un símbolo reconocido del Mesías”.

Este versículo nos dice que Jesús es la vid verdadera. Debemos estar arraigados en Él (no en Israel) si queremos dar fruto para Dios. En la comunidad del Nuevo Pacto, nuestra primera identificación es en Jesucristo mismo, no en Israel, ni siquiera en la Iglesia.

De las muchas imágenes de la relación entre Dios y su pueblo, la imagen de la vid y el pámpano enfatizan la completa dependencia de Dios y nuestra necesidad de conexión constante con Él. El pámpano depende de la vid aún más de lo que la oveja depende del pastor o el hijo depende del padre. Cuando Jesús estaba a punto de separarse de sus discípulos, este fue un mensaje de aliento importante. Él permanecería unido a ellos y ellos a Él, tan verdaderamente como los pámpanos están unidos a la vid principal.

En el Antiguo Testamento, cuando se utilizaba la vid como imagen de Israel, se presentaba a Dios Padre como El que cultivaba y administraba la vid. Este versículo nos muestra que Dios también cumple este papel para el creyente bajo el Nuevo Pacto.

El Participante del Nuevo Pacto tiene relación tanto con el Padre como con el hijo; tanto con la misma vid como con el labrador.

Basado en el Comentario bíblico Enduring Word de David Guzik.