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Ligereza de carácter
Años atrás abundaban los hombres que no les daba temor expresar sus pensamientos en torno a una situación y convertir estos pensamientos en acciones que otros seguirían o criticarían; hombres que no seguían el camino contrario a sus creencias y valores solo porque por ahí marchaba la mayoría; hombres que sostenían un sistema de creencias y valores que no estaban dispuestos a negociar.
¿Actualmente? Tenemos la relatividad, pocas cosas por no decir ninguna, quedan absolutas, el decidir si algo está bien o está mal es complicado, hay que considerar los diferentes puntos de vista; los sistemas de valores y creencias son débiles.
En 1 Reyes 18:21 Israel se encuentra en este escenario. Había abandonado el sistema de valores y creencias que Dios le había enseñado para seguir otros dioses que era lo que estaban “IN” en los pueblos vecinos. Dios les confronta y les exige elegir a quien van a seguir, ¿abrazarán el sistema de valores y creencias que formó su carácter? O, ¿doblegarán su carácter ante cualquier viento de doctrina?, como quien no sabe de dónde ha venido, en quien ha creído, y cuáles son sus raíces.
Cuando los “depende” y los “tal vez” se tornan tus respuestas más comunes, estás mostrando ligereza en tu carácter; cuando tus acciones se tornan reacciones, es decir, que esperas que algo suceda para actuar, estás mostrando ligereza de carácter; cuando callas lo que crees y sientes por temor a ser criticado o rechazado, estás mostrando ligereza de carácter; cuando decides caminar por sendas que no son de tu agrado solo por evitar la responsabilidad y consecuencias de tomar tus propias decisiones, estás mostrando ligereza de carácter.
La ligereza de carácter trae inestabilidad a tu corazón hasta el punto de olvidar quién eres, en qué o quién crees y para qué existes.
Dios desea desintoxicar tu corazón de la ligereza de carácter, invitándote a responder la pregunta de 1 Reyes 18:21: “Elegid hoy a quien seguir”, y es de sabios responder conforme Josué 24:15 “Yo y mi casa serviremos a Jehová”.
About this Plan
Constantemente somos bombardeados con pensamientos contrarios a la mentalidad de Cristo, los cuales llenan nuestro interior de toxinas que nos hacen dudar de nuestra identidad como hijos de Dios. En este plan caminaremos hacia el corazón del Padre, exponiéndonos a Su verdad mientras desintoxicamos nuestro interior. Al final podremos declarar la verdad que cita 1 Juan 4:16: “He llegado a saber y creer que Dios me ama” (Énfasis añadido).
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