Él nos entiende. ¿Quién dijo Jesús que era?Sample

#3 Él nos saca de la oscuridad.

Juan 8

Si tomas una decisión a oscuras, a menudo te lleva a un lugar todavía más oscuro. Más tarde, a la luz del día, ves las cosas con mayor claridad. Pero en la noche, cuando estás desequilibrado, asustado, solo o en mala compañía, las malas decisiones pueden llegar a tener sentido.

Solo piensa si esa decisión de la que más te arrepientes se hizo pública. Imagina lo peor que hiciste siendo compartido por las redes sociales. ¿Sientes la vergüenza ardiendo? ¿El bochorno calentando tu cara?

Eso es lo que estaba pasando con la joven que los líderes religiosos arrojaron a los pies de Jesús cuando enseñaba en el templo (Juan 8: 1-11).

… Estaba atrapada, en la oscuridad. Apenas vestida, completamente avergonzada. Su peor secreto, un amorío, era ahora un chisme público. La mujer destrozada era un peón en el malvado plan que los líderes estaban librando contra Jesús. Ella no les importaba; solo querían atrapar a Jesús. Ella fue un daño colateral.

Irónicamente, esta trágica escena ocurrió durante una semana de asueto en septiembre. Los judíos estaban celebrando Sucot, un tiempo para recordar cuando Dios los rescató de la oscura esclavitud en Egipto. La tradición exigía que Jerusalén se iluminara como un árbol de Navidad. Cada casa y jardín de la ciudad estaban decorados con luces. Imagina la mejor y más brillante exposición de luces navideñas, y así es como se veía la ciudad durante una semana. El festival de luces celebraba la ocasión cuando Dios los guio en el desierto como una nube de día y una llama de fuego de noche. Dios iluminó el camino en la oscuridad cada noche durante 40 años seguidos.

Imagínalo: todas las noches del festival, Jerusalén brillaba bajo el cielo nocturno. Una mañana, aun cuando las enormes antorchas seguían encendidas en el patio, los líderes religiosos lanzaron su complot para atrapar a Jesús.

Pero Jesús no se dejó engañar por sus planes malévolos. En vez de ser emboscado, cambió el guion. Volteándose hacia las personas que todavía lo escuchaban enseñar, les dijo:

—Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Jesús puso el foco en quién era Él y por qué vino. Él dijo, si te sientes solo en esta oscuridad, ven a mí. El que dijo: «¡Que exista la luz!», dijo: «Yo soy la luz» y las tinieblas nunca la extinguirán.

Todos hemos estado en un lugar oscuro en algún momento de nuestras vidas. Nos preguntamos, ¿Cómo llegué aquí? ¿Cómo puedo salir? Ese lugar se siente pesado y sin esperanza.

Si te encuentras allí ahora, mira bien a Jesús. Nota a quién amaba en este relato. No sabemos el nombre de ella, pero Jesús sí. También sabía el nombre de su amante, y sabía todo sobre la traición y las mentiras que la trajeron a este lugar oscuro.

Jesús ama al que está en la oscuridad. En vez de condenar a esa mujer por sus malas decisiones o juzgarla por su crimen, le da la oportunidad de cambiar su vida. Tal vez esa fue la primera vez en toda su vida que alguien había sido piadoso con ella.

Jesús dijo dos cosas que todos necesitamos escuchar en algún momento. Primero, después de que los acusadores de la mujer se fueron, él mostró gracia: «Tampoco yo te condeno».

Entonces, Él la llamó a una nueva vida bajo su luz, «Ahora vete, y no vuelvas a pecar».

Sal de la oscuridad, Jesús invitó a la mujer. Date la vuelta, dijo. Y empieza de nuevo conmigo.

La invitación sigue abierta. Para cualquiera que crea que Jesús es quien dijo ser. Para cualquiera con el coraje suficiente para dar el primer paso fuera de la oscuridad. Él promete iluminar el camino para el siguiente paso y después para el siguiente… a una vida hermosa y plena por delante.