La siega

El tiempo en que el pueblo de Israel pasó el Jordán, era tiempo de la siega; es en la siega cuando se recoge el trigo, la mies, cuando se colecta el fruto de la tierra. Este era el preciso tiempo en que Israel debía recibir su fruto, su promesa, y en ese tiempo es cuando el Jordán se desborda.

Cuando estamos a punto de recoger nuestro fruto, de recibir lo que Dios nos ha prometido, entonces allí estará un río desbordado que nos separará de nuestro objetivo, de nuestra bendición. Pero, es justo en ese momento cuando debemos aferrarnos a Dios.

Los sacerdotes debían transportar el Arca en sus hombros y la Biblia nos enseña a dejarlo todo, tomar la cruz y seguir a Jesús. Y, cuando tenemos en nuestras vidas a Jesús, podemos meternos con confianza en el rio, en ese proceso que nos separa de lo prometido de la bendición y en ese momento cuando nos metamos de frente al obstáculo, tendrá que separarse e irse bien lejos de nosotros, hasta que crucemos en seco y lleguemos al lugar que Dios nos ha prometido.

Oración:

Dios, Creador del universo y de todo lo que existe, que habitas en la eternidad; te pido fuerzas para tomar la cruz y seguir a Cristo, a fin de ser guiados en el propósito que tienes para nuestras vidas. En el nombre de Jesús. Amén.