El Buen Pastor, inspirado en el Salmo 23Sample

Qué gran diferencia marca un solo día

Olen Griffing

Un solo día en tus atrios ¡es mejor que mil en cualquier otro lugar! Salmo 84:10 (NTV)

Cuando leí el salmo 84, tres palabras me impresionaron: “un solo día”. Empecé a recordar esas veces cuando un solo día había dejado una impresión duradera sobre mi vida; el más destacado fue el día en que mi esposa, Syble, y yo nos conocimos. Cuando la vi, me quedé sin habla; y hoy día tenemos dos hijos, seis nietos y dieciocho bisnietos. Cuando tenemos nuestra cena mensual de Sabat en la casa de nuestra hija, ¡es casa llena! ¡Qué gran diferencia marcó un solo día!

El rey David también conocía la diferencia que un solo día podía marcar, porque él lo había experimentado en carne propia. Casi inmediatamente después de que se convirtiera en el segundo rey de Israel, David vio la necesidad de que el Arca del Pacto, la presencia manifiesta de Dios, le fuera devuelta a Jerusalén. El rey David había encontrado en lo personal la presencia de Dios y no quería gobernar sin Dios al pueblo de Israel, así que buscó el Arca del Pacto. 

Reuniendo a toda su gente, David llevó a cabo un plan para recuperar el Arca de donde estaba en esa época, Quiriat-Jearim. Imagina eso: el rey David junto con todo Israel recuperó el Arca, y colocó la presencia de Dios sobre una carreta con destino a Jerusalén. El pueblo celebraba gozosamente cantando, gritando, danzando y tocando instrumentos. Había sido fácil escuchar la voz del rey David por encima de toda la multitud mientras celebraba lo que había estado anhelando: ¡solo un día más en la presencia de Dios!

Allí es donde empieza la historia de Obed-edom, una de mis favoritas. En el retorno hacia Jerusalén, la procesión poderosa del rey David tuvo problemas y fue necesario dejar el Arca de Dios con Obed-edom. Tal como lo describe 1 Crónicas 13:13-14, ese día problemático para el rey David cambió la trayectoria de Obed-edom y toda su casa en un solo día. La Escritura comparte esto: 

“Y David no quiso trasladar el arca del Señor con él a la ciudad de David, sino que la hizo llevar a la casa de Obed Edom el geteo. Así que el arca de Dios estuvo con la familia de Obed-edom, en su casa, tres meses; y bendijo el Señor a la familia de Obed-edom y todo lo que tenía”.

Para mí, tres cosas sobresalen en este pasaje. Primera: nunca sabemos cuándo se presentará Dios. Obed-edom estaba en su rutina diaria cuando le llevaron a Dios a su puerta. ¡Vaya si no era un visitante sorpresa! Del mismo modo, Dios llama a la puerta de nuestro corazón. Él proveyó una manera para que nuestra salvación nos guiara a una relación constante, profunda y personal con Él.

Segunda: cuando Dios llegue, nuestra reacción es importante. Ahora lo puedo ver: Obed-edom reorganizó rápidamente sus pertenencias, todo para poder hacer espacio para el Arca de Dios. Una vez que recibimos a Cristo como nuestro Salvador, Dios quiere que hagamos espacio para que su presencia habite diariamente con nosotros. 

Tercera: nosotros experimentamos las bendiciones de Dios en su presencia. Dios bendijo todo lo que Obed-edom tenía; ¡¿te imaginas?! Su matrimonio, sus hijos, sus amigos, su ganado, su huerto; ¡todo! Ya no había rivalidad entre hermanos. Los tomates eran tan grandes como los melones. La lana era tan gruesa que a sus ovejas les costaba pararse. Cuando habitamos en la presencia de Dios, ya no hay de qué preocuparnos. Podemos confiar en que las promesas de Dios, que se encuentran en la Escritura, aplican a nosotros hoy en día.

Entonces, ¿qué le pasó a Obed-edom después de que el Arca de Dios salió de su casa y se la llevaron finalmente a Jerusalén? En 1 Crónicas 15, nos enteramos de que Obed-edom se convirtió en un portero para el Arca de Dios. Él quería solamente estar en la presencia de Dios. Una vez que encontramos la presencia de Dios, nosotros también queremos estar con Él.

El salmo 84:10 ilustra el mismo tipo de anhelo de un adorador para pasar un solo día en los atrios de Dios disfrutando su presencia manifiesta. ¡Un solo día con Él es mejor que mil en otro lugar!

Tú eres un “Obed-edom”. Yo soy un “Obed-edom”. Dios ha decidido vivir dentro de nosotros, no solo durante un día, sino todos los días de nuestra vida. Que Dios guie nuestro corazón para que conozcamos y andemos en el llamado que Él tiene para nuestra vida.

ORACIÓN

Padre, te pedimos que ilumines nuestro corazón para entender cuán ancho, cuán alto y cuán profundo es tu amor por nosotros. Danos sabiduría espiritual y consejo para ayudarnos a crecer en nuestro conocimiento de ti  para que podamos conocerte mejor a ti. Inunda de luz nuestro corazón para que podamos entender la esperanza que solamente se encuentra en ti. En el nombre de Jesús, amén.

PARA MEDITAR 

• ¿Sientes que hay algo que falta en tu vida? Pide al Espíritu Santo que te hable personalmente; luego, pasa hoy un tiempo escuchándolo. 
• Pide a Dios que quite toda distracción que te impida habitar a diario en su presencia.

Espíritu Santo, ¿qué es lo que me estás diciendo hoy?

VERSÍCULO PARA MEMORIZAR

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días. Salmo 23:6