La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022Sample
Dios me ama
Allá por los páramos de las Tierras Altas Galesas, dos ministros de Dios se encontraron con un muchacho analfabeto y con sordera que era pastor de ovejas. Le explicaron que Jesús quería ser *su pastor*, que siempre lo cuidaría, de la misma manera que el joven cuidaba sus ovejas. Le enseñaron a repetir las palabras «El Señor es *mi* pastor» (Salmo 23:1), ayudándose de los dedos de su mano derecha para ayudarle a recordar, comenzando por su pulgar y después con un dedo para cada palabra. Le dijeron que se detuviera en la cuarta palabra (*mi*) y recordara que aquel «salmo es para *mí*». Algunos años después, uno de ellos estaba de paso por el mismo pueblo y preguntó por el niño pastor. El invierno anterior había traído terribles tormentas y el muchacho había muerto en las colinas, enterrado por una avalancha de nieve. El vecino del pueblo que contaba la historia añadió: «Hubo una cosa que no pudimos comprender. Cuando se descubrió su cuerpo, estaba aferrado a *su cuarto dedo de su mano derecha*». Esta historia ilustra la naturaleza del *amor personal de Dios por cada uno de nosotros.* Hoy en día mucha gente, si es que creen en Su existencia, lo hacen pensando que Dios es algún tipo de gran fuerza impersonal. Pero el Dios de la Biblia es muy diferente. Su relación con nosotros es muy personal. San Pablo escribió: «El Hijo de Dios, quien *me* amó y dio su vida por *mí*» (Gálatas 2:20). Él es «*mi* Dios» (Filipenses 4:19). Dios *me* ama.Salmos 23:1-6
Mi pastor
Dios nos cuida como un pastor. Hay veces en las que me he sentido espiritualmente agotado. Me encanta el hecho de que «me infunde nuevas fuerzas» (v.3a). Muchas veces he anotado en un cuaderno las situaciones en las que he necesitado de una guía y después he podido, releyéndolo, dar gracias a Dios porque «me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre» (v.3b). Dios tiene un gran propósito para tu vida. Déjale que te guíe por el sendero adecuado para ti. No tienes que ir por la vida lleno de miedo, porque Él está contigo (v.4).
Mi anfitrión
La escena cambia de un pastor con sus ovejas, a un anfitrión con su invitado. Esta es una hermosa imagen de cómo es tener a Dios al lado en los avatares de la vida: «Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos» (v.5a). Él satisface la sed de tu alma con un banquete. Acepta su invitación y pasa tiempo cada día alimentando tu alma con su presencia.
Todos nosotros caminaremos en algún momento de la vida por el «valle de sombra de muerte» (v.4 RVA-2015), enfrentándonos a nuestra propia muerte o la de alguien que amamos. Incluso entonces, no debemos temer porque el Señor está con nosotros (v.4).
Muchas veces he leído este pasaje a gente que está muy enferma o muriéndose. Es un gran consuelo saber que el Señor está cerca de nosotros en todo momento: «La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del Señor habitaré para siempre» (v.6).
Señor, gracias por la manera en la que me has guiado y protegido. Gracias porque hoy puedo acudir a ti para satisfacer mi hambre y sed espirituales en tu presencia y en tu amor.
Marcos 4:30-5:20
Mi Señor
¿Has estado alguna vez en una situación en la que, de repente, tu vida parece haber sido alcanzada por una tormenta de proporciones huracanadas (4:37)?
El Mar de Galilea se destacaba por sus tormentas repentinas. Los discípulos sabían que unas olas de aquel tamaño podían hacer volcar su barca y acabar con sus vidas.
A pesar de las olas, Jesús estaba dormido (v.38). A veces cuando llegan las tormentas parece que Dios no está haciendo nada. Parece no estar respondiendo a tus oraciones o ni tan siquiera estar oyéndote. En tiempos así, tu fe se pone a prueba.
Finalmente, Jesús calma la tormenta. Se dirige al poder tras las tormentas con las palabras que usaríamos con un cachorro: «¡Silencio! ¡Cálmate!» (v.39), mostrando que es Señor de la naturaleza. Para los discípulos, este pasaje comienza con miedo y termina con fe. Las crisis ponen a prueba tu fe. Jesús quiere que aprendas a conquistar tus miedos y que confíes en él, incluso durante las tormentas de la vida.
Lo siguiente que demuestra Jesús es que él es Señor de los poderes que tratan de destrozar nuestras vidas. De alguna manera, aquel hombre endemoniado (apodado «legión» 5:9), había acabado en una situación infernal, autoinflingiéndose daños (v.5) y encadenado por una sociedad (v.4) cuya única respuesta era encerrarlo, pues no podían hacer más. El poder de los políticos, el estado y la policía son limitados. Jesús no juzgó ni condenó a aquel hombre sino que dio una orden con autoridad, demostrando su señorío y su poder para liberarnos y sanarnos.
Ante esto se dieron dos reacciones muy distintas de la gente al señorío de Jesús. La primera fue hostil (v.17); los intereses comerciales habían sido perjudicados. Puede resultar bastante incómodo ver el poder real en acción. Por otro lado, algunos se interesaron (v.20).
Uno de los aspectos fascinantes de esta historia es que después de que Jesús sanara al hombre poseído por el demonio y lo liberara, el hombre le suplicó ir con él (v.18), pero Jesús no le dejó (v.19).
¡Yo habría pensado que al hombre le hubiera venido bien algo de seguimiento intensivo con Jesús! Pero Jesús le compromete de inmediato en la evangelización. Le dice: «Vete a tu casa, a los de tu familia, y diles todo lo que el Señor ha hecho por ti y cómo te ha tenido compasión» (v.19). Y eso es exactamente lo que hizo (v.20).
No seas sobreprotector con la gente que acaba de llegar a la fe. A veces es bueno ponerlos a hablar públicamente sobre su nueva fe de inmediato. La siguiente vez que Jesús fue a Decápolis, 4000 personas vinieron a escucharlo. Parece que el testimonio de aquel hombre tuvo un gran impacto.
Puede que esta sea la razón por la que Marcos sitúa la historia justo después de la parábola del grano de mostaza. Puede que el endemoniado sintiera que tenía muy poco que ofrecer, pero su vida tuvo una repercusión enorme. Jesús dice que Dios puede hacer muchísimo con una semilla muy pequeña, la de la mostaza (4:13), que «una vez sembrada crece» (v.32).
La cuestión no es cuánto tengas sino lo que hagas con lo que tengas. Una semilla de mostaza necesita ser plantada inmediatamente o de lo contrario se pierde. Si se planta, el crecimiento es tan fuerte que puede atravesar el concreto. La lección es simple: úsalo o de lo contrario lo perderás. Usa lo que tienes y Dios lo multiplicará una y otra vez.
Señor, gracias porque eres Señor de todas las cosas. Gracias porque puedo confiar en ti en los momentos de crisis donde nada debo temer.
Éxodo 25:1-26:37
Mi guía
La generosidad es un acto de la voluntad. Si sientes pasión por Dios, darás generosamente para que su nombre sea honrado. El pueblo de Dios fue capaz de recaudar el dinero que necesitaban para la obra de Dios «entre todos los que quieran darla voluntariamente y de corazón» (25:2b, DHH). Dieron «voluntariamente» y sin pena (v.2b). El amor de Dios nunca te fuerza. Quiere que respondas libremente, de corazón.
El tabernáculo («La Tienda del Encuentro») era un lugar provisional de encuentro de Dios con su pueblo. Teológicamente, el tabernáculo como morada de Dios en la tierra tenía una importancia inmensa. Es el primero de los lugares donde Dios morará: el tabernáculo, el Templo, el propio Jesús, el cuerpo de cada creyente, la iglesia…
Dios promete guiar hasta en los más finos detalles: «El santuario y todo su mobiliario deberán ser una réplica exacta del modelo que yo te mostraré» (v.9). Dios es un pastor que nos guía incluso en los detalles más pequeños.
Mi Salvador
El autor de los Hebreos explica que el santuario que aquí se describe (Éxodo 25:10 – 26:37) es «copia y sombra del que está en el cielo, tal como se le advirtió a Moisés cuando estaba a punto de construir el tabernáculo: «Asegúrate de hacerlo todo según el modelo que se te ha mostrado en la montaña» (Hebreos 8:5–6).
Todas las instrucciones para Lugar Santo y el Lugar Santísimo eran una preparación para la obra salvífica de Cristo: «Cristo, por el contrario, al presentarse como sumo sacerdote de los bienes definitivos en el tabernáculo más excelente y perfecto, no hecho por manos humanas (es decir, que no es de esta creación), entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo. No lo hizo con sangre de machos cabríos y becerros, sino con su propia sangre, logrando así un rescate eterno» (9:11–12).
Por medio del sacrificio de expiación de Jesús, tú y yo tenemos acceso al Lugar Santísimo. Jesús es mi Salvador.
Señor, gracias porque tú eres mi Pastor, mi Anfitrión, mi Señor, mi Guía y mi Salvador. Gracias porque me amas.
Pippa Adds
Pippa añade
Las tormentas de la vida parecen surgir de la nada y golpear cuando las cosas están yendo bien. En esos momentos es fácil tirar la fe por la borda. Pero los discípulos hicieron lo correcto: acudieron a Jesús. A pesar de que los reprendió por su falta de fe, él resolvió la situación. Me gusta que después de que cesara el viento, se dio una calma completa (Marcos 4:39).
References
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¿Abrumado por la idea de leer la Biblia? Dedique un tiempo cada día a escuchar a Nicky y Pippa Gumbel mientras le explican toda la Biblia en 365 días. Cada día, se explora un tema diferente a través de una selección de escrituras tomadas del libro de Salmos o Proverbios, así como del Nuevo y Antiguo Testamento. Nicky y Pippa brindan comentarios sobre estos extractos para brindar información y aplicación práctica.
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