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La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022Sample

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

DAY 204 OF 365

Saber quién eres

Hasta que no me pasó no habría creído que fuera posible, pero en el instante en que lo vi, experimenté un amor abrumador. Aquel pequeño bebé, que para los demás se parecía a cualquier otro bebé, *era mi hijo*. El momento en que un padre ve a su propio hijo es inolvidable; el amor que un padre siente por un niño es casi indescriptible. Y esta es la analogía que Dios usa para Su amor por ti. El amor que tiene por ti es aún mayor que el que los padres sienten por sus propios hijos. Saber quién eres tendrá un gran impacto en tu vida; debes saber que eres un hijo profundamente amado de Dios. Esta tiene que ser la base de tu confianza, tu seguridad y tu esperanza.

Proverbios 17:25-18:6

1. Los hijos sabios

La Biblia tiene mucha información sobre la crianza de los hijos y la relación entre los padres y sus hijos. El amor que los padres tienen por sus hijos es instintivo y poderoso. Los padres buenos quieren lo mejor para sus hijos. Los niños tienen una gran capacidad para traer alegría a sus padres; pero, por supuesto, también pueden causar dolor.

«El hijo necio irrita a su padre, y causa amargura a su madre» (17:25). El escritor continúa ampliando la diferencia entre lo necio y lo sabio en diferentes aspectos de la vida.

Por ejemplo, el «necio […]; tan solo hace alarde de su propia opinión» (18:2), mientras que los sabios usan las palabras con moderación. En realidad: «Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio; se le considera prudente si cierra la boca» (17:28). Como dijo el historiador estadounidense Will Durant (1885-1981): «Una de las lecciones de la historia es que “nada” es a menudo una cosa buena que hacer y siempre es una cosa inteligente que decir».

El autor aborda otras características de los sabios: la amistad (18:1), la escucha (v.2) y la justicia (v.5).

Señor, ayúdanos a ser hijos sabios complaciéndote en la forma en que vivimos (Romanos 8:8).

Romanos 8:1-17

2. Los hijos de Dios

¿Cómo te ves a ti mismo en relación con Dios? ¿Vas por la vida sintiéndote siempre al menos un poco culpable? ¿Vives «bajo una nube grande oscura y baja»? (v.1, The Message).

Así no es como tenemos que vivir como cristianos. Eres un hijo de Dios, profundamente amado, aceptado y fortalecido por su amor incondicional. Él quiere que disfrutes la liberación de la culpabilidad y la condenación, así como que experimentes una relación de intimidad con Él, más cercana aún que la mejor relación de padre e hijo.

Tu pasado es liquidado en el momento en que recibes a Jesús y recibes el perdón completo. La barrera entre tú y Dios se remueve. Pablo escribe que «ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús» (v.1). Somos liberados de la ley del pecado y de la muerte (v.2). Aunque la ley era buena, era impotente para salvarnos debido a nuestra naturaleza pecaminosa (v.3a). Así que Dios envió a Jesús a morir por nosotros como una ofrenda por el pecado (v.3b). Jesús limpió todos tus pecados: pasados, presentes y futuros.

Ahora, en el presente, puedes disfrutar de la vida en el Espíritu. Ya no vives «según la naturaleza pecaminosa, sino según el Espíritu» (v.4). El Espíritu Santo te lleva a dejar de fijar tu mente en lo que desea esa «naturaleza pecaminosa», y a poner más bien tu mente en «en los deseos del Espíritu» (v.5). Esto conduce a «vida y paz» ​​(v.6). Pablo no está diciendo que serás perfecto sino que, en palabras de The Message, «aunque aún experimentes todas las limitaciones del pecado, experimentarás la vida al estilo de Dios» (v.10, MSG). Esto es posible porque ahora mismo el Espíritu de Dios vive en ti (v.9).

Además, puedes esperar la futura resurrección de tu cuerpo. El mismo Espíritu Santo que vivió en Jesús y lo resucitó de los muertos ahora habita en ti. Por lo tanto, tu cuerpo —al igual que el de Jesús— se levantará: «El mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes» (v.11).

«El derecho a ser hijos de Dios» (Juan 1:12) le es dado a aquellos que reciben a Jesús y creen en su nombre. Te conviertes en un hijo de Dios no por nacimiento físico, sino por haber nacido de nuevo por el Espíritu. Si la carta a los Romanos fuera el Himalaya del Nuevo Testamento, entonces Romanos capítulo 8 sería su Monte Everest, y su cumbre serían estos versículos donde Pablo describe cómo los que son guiados por el Espíritu son hijos de Dios (Romanos 8:14-17).

  • Un status más alto

No hay un status más alto que ser un hijo de Dios (v.14). Bajo el derecho romano, si un adulto quería un heredero, podía elegir uno de sus hijos o adoptar un hijo que tomaría su nombre. Dios tiene solamente un Hijo engendrado —Jesús— pero tiene muchos hijos e hijas adoptados. Has sido adoptado en la familia de Dios. No hay un estatus en el mundo que se compare con el privilegio de ser hijo del Creador del universo.

  • Mayor intimidad

Tienes la más cercana intimidad posible con Dios. Pablo afirma que por el Espíritu clamamos «¡Abba! ¡Padre!» (v.15). Esta palabra aramea, bien pudo ser la primera palabra que Pablo pronunció, y quizá la forma en que se dirigía a su padre terrenal. Jesús usaba «Abba» para hablarle a Dios de una manera única. Expresa tanto un profundo respeto como una profunda intimidad, y quizá el mejor significado es «papi» o «papá». En muchos lugares de Oriente Medio sigue siendo la primera palabra que se enseña a los niños.

Como hijo de Dios, ya no eres esclavo del miedo sino hijo adoptivo de Dios (v.15). Puedes disfrutar de la más cercana de las intimidades posibles con tu Padre en el cielo.

  • Una experiencia más profunda

El Espíritu te da la experiencia más profunda que es posible de Dios. «El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios» (v.16). Así como quiero que mis hijos conozcan y experimenten mi amor por ellos y mi relación con ellos, Dios quiere que Sus hijos estén seguros de ese amor y de esa relación. «El Espíritu de Dios toca nuestros espíritus y confirma quiénes somos en realidad» (v.16, MSG).

  • Mayor seguridad

Ser un hijo o hija de Dios es la mayor seguridad. Porque si somos hijos de Dios, también somos «herederos de Dios y coherederos con Cristo» (v.17a). Según el derecho romano, un hijo adoptado adquiría la herencia de pleno derecho.

Como hijos de Dios somos herederos. La única diferencia es que heredamos, no a la muerte de nuestro padre sino en el momento de nuestra propia muerte. Disfrutarás de una eternidad de amor con Jesús: «Y sabemos que vamos a conseguir lo que viene a nosotros: ¡Una increíble herencia!» (V.17, MSG).

Pablo añade: «Pues, si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria» (v.17b). En la vida cristiana, la gloria viene a través del sufrimiento: «Pasamos exactamente por lo que Cristo pasa. Si pasamos por los tiempos difíciles con él, entonces ¡ciertamente vamos a pasar los buenos tiempos con él!» (v.17, MSG). Los cristianos se identifican con Jesucristo, esto significa hoy en día para muchos cristianos pasar por una dura persecución . Tendrás que afrontar algún tipo de oposición, pero tu herencia como hijo de Dios supera todos estas penalidades.

Abba, Padre, te doy gracias por el increíble privilegio de ser Tu hijo. Gracias porque Tu Espíritu que vive dentro de mí le testifica a mi espíritu que soy Tu hijo; gracias por mi futuro, porque soy Tu heredero y coheredero con Cristo.

Oseas 8:1-9:17

3. Los hijos fieles

Dios te ama, quiere que aproveches al máximo tu vida y no quiere que la desperdicies. Te pide, como le pidió a su pueblo en el Antiguo Testamento, que «no malgastes tu vida» (9:1a, The Message). Desperdicias tu vida cuando «has sido infiel a tu Dios» (v.1b).

Como hemos visto, Oseas usa una analogía de esposo y esposa para la relación de Israel con Dios; pero para continuar usa la analogía padre e hijo: «Desde que Israel era niño, yo lo amé; de Egipto llamé a mi hijo» (11:1).

Vemos cómo a Dios se le rompe el corazón por la infidelidad de su vástago: «Han quebrantado mi pacto y se han rebelado contra mi ley, […], sin purificarse. […]. Sembraron vientos y cosecharán tempestades. […]. Israel se olvidó de su Hacedor. […]. ¡le has sido infiel a tu Dios!» (8:1,5,7,14; 9:1). Dios anhela que su pueblo le sea fiel y como resultado viva la vida en plenitud.

Tenemos el inmenso privilegio de vivir en la era del Espíritu. Dios ha enviado su Espíritu para vivir en tu corazón, para permitirte vivir fielmente de acuerdo con el Espíritu (Romanos 8:5).

Señor, gracias porque soy tu amado hijo. Ayúdame a ser un hijo sabio y fiel.

Pippa Adds

Proverbios 17:28a

«Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio».

¡Trato de practicar esto cuando estoy en compañía de gente ante la que me siento acomplejada!

References

Nueva Versión Inernacional (NVI) Copyright © 1999 by Biblica, Inc

About this Plan

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

¿Abrumado por la idea de leer la Biblia? Dedique un tiempo cada día a escuchar a Nicky y Pippa Gumbel mientras le explican toda la Biblia en 365 días. Cada día, se explora un tema diferente a través de una selección de escrituras tomadas del libro de Salmos o Proverbios, así como del Nuevo y Antiguo Testamento. Nicky y Pippa brindan comentarios sobre estos extractos para brindar información y aplicación práctica.

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