La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022Sample
Bondad
Steve Sjogren escribió un libro llamado *Conspiracy of Kindness (La conspiración de bondad)*. Empezó una iglesia en Cincinnati, Ohio, que creció rápidamente hasta llegar a una asistencia dominical media de 7 500 personas. Su lema es: «Las cosas pequeñas hechas con gran amor están cambiando el mundo». Se dedican a hacer actos de bondad aleatorios como pagar el café de un extraño o escribir una nota de agradecimiento al empleado de una tienda. Ellos han descubierto el poder de la bondad para llevar a efecto el cambio positivo, tanto en sus vidas como en las de la gente a su alrededor al mostrar el amor de Dios de una manera práctica. Cuando la bondad es expresada, se desarrollan relaciones saludables, los vínculos comunitarios se alimentan y la gente se siente inspirada a ser bondadosa.Salmos 70:1-5
1. Confía en la bondad de Dios
Dios es bondadoso; cualesquiera que sean tus necesidades hoy, puedes clamarle y Él será tu socorro y tu liberador.
David ora: «Apresúrate, oh Dios, a rescatarme; ¡apresúrate, Señor, a socorrerme!» (v.1), y prosigue así «Yo soy pobre y estoy necesitado;
¡Ven pronto a mí, oh Dios! Tú eres mi socorro y mi libertador; ¡no te demores, Señor!» (v.5). En su clamor recuerda la bondad de Dios para con él en el pasado.
Al volver a leer este pasaje en mi Biblia y ver las peticiones de ayuda que he escrito en los márgenes a lo largo de los años, oro así:
Muchísimas gracias Señor, por Tu bondad y Tu amor. Hoy clamo a Ti pidiendo…
Hechos 3:1-26
2. Actúa bondadosamente con los necesitados
Un acto de bondad puede transformar el día de una persona o incluso su vida. Como dice el dicho: «Sé bondadoso, pues todo aquel con el que te cruzas está luchando una dura batalla». La bondad es uno de los frutos del Espíritu Santo (Gálatas 5:22). En este pasaje vemos lo que luego sería descrito como un «acto de bondad» (Hechos 4:9, RVA-2015) realizado por Pedro y Juan justo después de ser llenos del Espíritu Santo (3:1–10).
Aquel «acto de bondad» desencadenó una serie de formidables eventos, los cuales quizá se podrían describir mejor como «evangelización poderosa». Llevaron a un asombroso crecimiento de la iglesia que fue parte del principio de una explosión que llegó a cambiar el mundo entero.
Si se nos pidiera empezar una nueva iglesia, dudo que lo hubiéramos hecho de la manera que ellos lo hicieron. No tenían un edificio físico, dinero ni recursos. Empezó con un puñado de pescadores y cobradores de impuestos y, entre otras cosas, ¡un montón de gente hablando en lenguas! Aun así, la iglesia nació a la vida y tuvo un crecimiento pasmoso.
La gente de fuera se sentía atraída por lo que veía que sucedía dentro. Les atraía el puro y concentrado poder de Dios desatado por medio de aquel «acto de bondad».
Aquellos dos hombres iban de camino a un servicio vespertino, cuando vieron a una persona en gran necesidad que mendigaba su ayuda. Era el tipo de persona que podemos esperar encontrarnos en uno de los pocos lugares donde se espera recibir algún acto de bondad.
«Junto a la puerta llamada Hermosa había un hombre lisiado de nacimiento, al que todos los días dejaban allí para que pidiera limosna a los que entraban en el templo» (v.2). Aunque la puerta fuera llamada Hermosa, lo que ellos vieron no fue lo que el mundo ve como hermoso: era un hombre discapacitado desde el nacimiento, que estaba mendigando.
Sus corazones no se hundieron al ver el contraste sino que su fe se alzó e hicieron algo: lo sanaron. Vieron a alguien necesitado y reconocieron la belleza interior de todo ser humano. No tenían dinero pero Pedro señaló: «No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!» (v.6).
Hay un gran poder en el nombre de Jesús. Para la mentalidad hebrea, el nombre de una persona revela su carácter. No se trata de una fórmula mágica ni de una etiqueta al final de una oración. Aquella era la diferencia entre el ministerio de Jesús y el de sus discípulos. Jesús sanaba por su propia autoridad, mientras que los discípulos lo hicieron en su nombre. De la misma manera, nosotros dependemos de él. En nuestra debilidad, tú yo podemos continuar ejerciendo su ministerio, en su poder y en su nombre.
Aquel hombre no solo fue sanado (de un salto se puso en pie y comenzó a caminar alabando a Dios, v.8) y mucha gente también se convirtió. Aquel único acto de bondad tuvo un efecto asombroso. La gente «se llenó de admiración y asombro por lo que le había ocurrido […]» cuando el lisiado «corrió hacia ellos» (vv.10–11). La demostración del poder de Dios fue acompañada por la proclamación del Evangelio. Tuvieron la oportunidad de hablar de Jesús, de su muerte y resurrección así como de la necesidad de tener fe (vv.14–16).
Nuestra predicación debe estar siempre centrada en Jesús. El segundo sermón de Pedro, como el primero, estaba centrado completamente en Jesús. Empieza diciendo: «Pueblo de Israel, ¿por qué les sorprende lo que ha pasado? ¿Por qué nos miran como si, por nuestro propio poder o virtud, hubiéramos hecho caminar a este hombre?» (v.12). Pedro no quiere que la gente se centre en él sino en Jesús.
Todo su discurso trata de Jesús quien es el «siervo» (v.13) de Dios, el «Santo y Justo» (v.14), «autor de la vida» y el «profeta» predicho por Moisés (v.22). Prosigue así: « Por la fe en el nombre de Jesús, él ha restablecido a este hombre a quien ustedes ven y conocen. Esta fe que viene por medio de Jesús lo ha sanado por completo» (v.16).
Pedro da la buena noticia acerca de Jesús. Habla del pecado, la cruz, la resurrección y la necesidad de arrepentimiento y de volverse a Dios. Les asegura que la promesa de Dios es la de perdonar sus pecados y restaurar su relación con Él, y añade: «Para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios» (v.19).
«Los tiempos de renovación» llegan cuando pasas tiempo en la presencia de Dios. Cuando estás agotado o desgastado, puedes ser renovado al pasar tiempo con Dios. A veces necesitas aprender a separarte de las ocupaciones de la vida y pasar tiempo con Dios de la manera en que Jesús lo hizo. El Espíritu Santo, en su bondad, quiere darte ese «tiempo de renovación».
Señor, gracias porque hay tanto poder en el nombre de Jesús. Oro para que hoy tenga la oportunidad de mostrar bondad a alguien y ayudarlo en el nombre de Jesús.
2 Samuel 9:1-10:19
3. Da y recibe bondad
Dios tiene una provisión inagotable de bondad. David habla de la bondad de Dios. Tener un gesto de bondad con los demás es la manera en la que se expresa la bondad de Dios hacia ti.
David pregunta «si había alguien de la familia de Saúl a quien pudiera beneficiar en memoria de Jonatán» (v.1) y después pregunta a Siba: «¿No queda nadie de la familia de Saúl a quien yo pueda beneficiar en el nombre de Dios?» (v.3).
Mefiboset tenía solamente cinco años cuando murió su padre (4:4) y ahora tenía un joven hijo (9:12). David había reinado en Jerusalén durante al menos siete años y probablemente Mefiboset tenía unos veinte años. La bondad que David muestra con Mefiboset es como la de Dios con nosotros: nunca falla, no ha sido buscada y es ilimitada.
Como en nuestro pasaje del Nuevo Testamento, se muestra una bondad especial hacia alguien que está discapacitado (v.3). David dice a Mefiboset: «No temas pues […] he decidido beneficiarte. Voy a devolverte todas las tierras […] y de ahora en adelante te sentarás a mi mesa» (v.7).
Después, David busca más oportunidades para mostrar bondad: «Pensó que debía tratar a Hanún, el hijo de Nahas, con la misma bondad con que su padre lo había tratado a él» (10:2, DHH). Tristemente, como sucede a veces, aquella bondad fue malinterpretada (v.3f.). Pero esto no debe desalentarnos, es natural y es correcto querer mostrar bondad hacia los hijos de los padres que han sido especialmente buenos con nosotros.
Mefiboset preguntó: «¿Y quién es este siervo suyo, para que Su Majestad se fije en él? ¡Si no valgo más que un perro muerto!» (v.8). Tenía una pobre imagen de sí mismo y, al igual que muchos de nosotros, estaba enfocado en sus imperfecciones. Pero Dios nos bendice a pesar de nuestras imperfecciones; quiere que conozcamos y experimentemos su bondad sin límites. No te enfoques en lo que falla (tus pecados, faltas, debilidades y fallos). En Cristo, Dios te ha dado su santidad y quiere derramar en ti las riquezas de su bondad para con nosotros en Cristo Jesús (Efesios 2:7).
Señor, te doy gracias por la riqueza de tus bondades conmigo. Ayúdame a estar siempre buscando oportunidades de mostrar bondad a aquellos que están necesitados.
Pippa Adds
2 Samuel 10:1
Aquí los amonitas tuvieron sospechas y ofendieron a los hombres de David que trajeron mensajes de solidaridad. Habían vivido felizmente juntos hasta aquel momento, pero como resultado de sus acciones, se libró una guerra y se perdieron vidas.
Por supuesto, es importante ser sabio y tener discernimiento, pero nunca debemos ser cínicos. Es importante creer lo mejor acerca de las motivaciones de las personas.
References
Nueva Versión Inernacional (NVI) Copyright © 1999 by Biblica, IncScripture
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¿Abrumado por la idea de leer la Biblia? Dedique un tiempo cada día a escuchar a Nicky y Pippa Gumbel mientras le explican toda la Biblia en 365 días. Cada día, se explora un tema diferente a través de una selección de escrituras tomadas del libro de Salmos o Proverbios, así como del Nuevo y Antiguo Testamento. Nicky y Pippa brindan comentarios sobre estos extractos para brindar información y aplicación práctica.
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