YouVersion Logo
Search Icon

Despierta a La Voluntad De Dios Para Tu VidaSample

Despierta a La Voluntad De Dios Para Tu Vida

DAY 4 OF 8

La gracia viene con el don

Oigo a muchos predicadores hablar sobre el “agotamiento” en estos días, y no me sorprende. Imagínate a un pastor que tiene un don maravilloso para desarrollar su oficio pastoral. Está usando el cien por ciento del don ministerial que Dios le ha dado, pero su don es solo un veinte por ciento de lo que necesita su congregación. Este precioso pastor trabaja día y noche, intentando proporcionar el cien por ciento de lo que requiere la iglesia para ser perfeccionada y edificada como describe Efesios 4:12, ¡pero solo tiene el veinte por ciento de la gracia para hacer ese trabajo! Cualquiera puede ver que esta es una fórmula para el desastre. Si el cuerpo de una persona tiene solo el veinte por ciento de funcionalidad, diríamos que esa persona tiene una discapacidad. Si un avión perdiera todo menos el veinte por ciento de sus facultades, anunciaríamos un aterrizaje de emergencia. Si una empresa funcionara solo con el veinte por ciento de la producción, enseguida entraría en bancarrota.

En Filipenses 1, Pablo está hablando a sus colaboradores ministeriales (los que le apoyaban económicamente). En el versículo 5 expresa su gratitud por su colaboración en la obra del evangelio, y después en el versículo 7 dice: “todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia”. ¿Te das cuenta de que en verdad puedes sintonizar con la gracia que hay en la vida de otra persona? Al colaborar con el don de Pablo, ¡los filipenses se convirtieron en colaboradores de su gracia! Regresemos a mi ejemplo del pastor que está agotado. En vez de intentar suplir el cien por ciento de las necesidades de su iglesia con el veinte por ciento del don y la gracia, debería colaborar con otros que tengan dones en las áreas donde él no los tiene. Cuando colabore con los dones de ellos, él también será copartícipe de su gracia, y toda la iglesia se beneficiará. 

El principio es sencillo pero muy profundo, y Efesios 4:7 lo resume: “Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo”. ¡La gracia viene con el don!

 Aunque este versículo está escrito en el contexto del don ministerial quíntuple, no es solo aplicable a quienes son llamados al “ministerio a tiempo completo”. La Biblia dice que esta gracia es dada a cada uno de nosotros según la medida del don de Cristo. Siempre que Dios te llama a hacer algo, siempre te dará la medida perfecta de gracia para que puedas operar en tu don. Pero siempre que intentes operar fuera de tu don, te resultará difícil, pesado y horrible, porque no habrá gracia para ello.

 Pongamos como ejemplo a alguien que está llamado a vivir una vida de celibato. El apóstol Pablo era una de esas personas. De hecho, dijo en 1 Corintios 7 que quedarse soltero era bueno, y llegó incluso a decir en el versículo 7: “Sin embargo, quisiera que todos fueran solteros, igual que yo; pero cada uno tiene su don específico de Dios, unos de una clase y otros de otra” (NTV). Aunque Pablo prefería la soltería y deseaba que todos se quedaran solteros como él, tuvo la sabiduría para reconocer que su capacidad para tener una vida feliz y plena sin una esposa era un don especial de Dios.

 Pablo entendió que, sin el don, no habría gracia. Por eso Pablo advirtió a los que prohibían el matrimonio (1 Timoteo 4:3). Hemos visto en la Iglesia Católica Romana moderna sacerdotes a quienes se les ha prohibido casarse, aunque muchos no tienen el don ni la gracia para quedarse solteros. El resultado ha sido un horrible escándalo internacional que ha avergonzado al cristianismo y ha llevado a muchos sacerdotes a la cárcel. La soltería de Pablo era un don, y con el don, Dios le había dado la gracia. Sin la gracia, Pablo no hubiera visto su soltería como un don sino como una carga.

 También hay aquí otra nota al margen interesante. Como Pablo recibió el llamado, o el “don”, y la gracia para tener una vida de celibato, dijo: “quisiera que todos fueran solteros, igual que yo”. He observado que, cuando el don y la gracia están en la vida de una persona para hacer algo, a ellos les parece lo más natural y obvio del mundo hacerlo. Piensan que todos los demás también deberían hacerlo. Hay dos lecciones que aprender de este principio.

 En  primer lugar, no cometas el error de intentar forzar a los que están a tu alrededor para que hagan lo que Dios te ha llamado a hacer a ti. Y no los menosprecies por hacer algo distinto a lo que tú crees que es tan importante. Reconoce que, como dijo Pablo, “cada uno tiene su don específico de Dios, unos de una clase y otros de otra” (1 Corintios 7:7, NTV). Y, en segundo lugar, si crees que todos deberían estar haciendo algo en concreto, ¡es probable que eso sea lo que tú estás llamado a hacer! Si crees que todos deberían ser evangelistas, probablemente tú seas un evangelista. Si crees que todos deberían ser activistas políticos, ¡probablemente sea porque eso es lo que Dios te ha llamado a hacer a ti!

 Cuando el don y la gracia de Dios descansan sobre una persona para realizar cierta tarea o llamado, es capaz de hacer con gozo lo que sería difícil o incluso imposible para otros. Es interesante que, cuando yo era niño, temía la idea de que me enviaran a la jungla en obediencia al llamado, pero hoy a menudo voy a la “jungla” a predicar el evangelio en África y por todo el mundo, y no se me ocurre otra cosa que preferiría hacer en lugar de eso. Me encanta mi vida, y me encanta mi llamado como misionero-evangelista. Lo que no había tenido en cuenta de niño era esta gran verdad: la gracia viene con el don, y la gracia marca toda la diferencia.

Con este entendimiento, nunca debes tener miedo a descubrir la voluntad de Dios para tu vida. Si Él te llama a hacer algo, Él también te dará la gracia para hacerlo. Cuando estás en la voluntad de Dios, cubierto por su gracia, te hace sentir que estás en el lugar más maravilloso del mundo. 

 Alaba hoy a Dios porque Él  nunca te llamará a hacer algo que no haya cubierto ya con su gracia para que puedas terminarlo.


Day 3Day 5

About this Plan

Despierta a La Voluntad De Dios Para Tu Vida

El Señor tiene un plan maestro para nuestra vida, y es un plan bueno, mucho más abundante de lo que podamos pedir o entender. Por lo tanto, con esta confianza podemos comenzar nuestro viaje mirando a Jesús, el autor y consumador de nuestra fe, sabiendo que Aquel que comenzó la buena obra en nosotros la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.

More