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Armonía justa

La palabra griega para justicia es dikeaosune. Significa armonía. En una buena canción, las letras y la melodía trabajan juntas hacia un propósito común. Ser justos es ser buenos administradores de nuestros dones de una manera que beneficien a todo el cuerpo al que pertenecemos.

La Biblia a menudo llama a la iglesia el Cuerpo de Cristo. La justicia no se trata sólo de hacer nuestra parte, sino también de hacerla colaborando con otras personas a nuestro alrededor. La justicia se produce caminando por la fe: la fe en que el camino de Dios es la manera correcta de vivir. La fe es el objetivo al principio, al medio y al final de la vida cristiana: «de principio a fin», según Romanos 1:17.

Pablo podría haber estado escribiendo un paralelismo con la República de Platón, razonamiento que su público romano reconocería. Platón y Pablo abordan la misma pregunta: ¿Qué es dikeaosune (justicia/rectitud)? Ambos tienen respuestas similares: armonía.  

Pablo utiliza la metáfora de un cuerpo para ilustrar la armonía de dikeaosune, con todas las partes haciendo su trabajo. Platón utiliza una ciudad-estado, donde cada uno aplica sus dones para el mejor interés del cuerpo. Pero la gran diferencia es la cabeza. La cabeza de Pablo es Jesús. La de Platón es un grupo de personas capaces, los «Guardianes». Platón postula que algunas personas nacen sin egoísmo, pero todos sabemos que eso es una ilusión.

Pablo escribe sobre las buenas noticias del poder de Dios. Esa es la verdadera fuente de unidad. La fuerza de la armonía viene de Él. Cristo es tanto la razón de la justicia como la capacidad de lograrla; como cabeza, Cristo sostiene y dirige el cuerpo.

El mensaje de Pablo es asombroso: por medio de la confianza en el poder y la capacidad de Cristo, podemos vivir la justicia a la que Dios nos ha llamado porque tenemos el poder de resurrección de Jesús viviendo dentro de nosotros. Es una afirmación espectacular, con la capacidad de transformar nuestras vidas, pero requiere que retiremos las perspectivas falsas, que creamos y actuemos sobre lo que es verdad. 

Como creyente en Cristo, la verdad es que en Él y a través de su sacrificio de sangre, has sido hecho justo y tienes el poder de vivir rectamente.  

¿Lo crees?