[Grandes Versos] Siete Consejos De Un ApóstolSample
No cedas al miedo
Cada vez que nos sentimos tentados a dar paso al miedo o a la timidez, debemos recordar las palabras de Pablo a Timoteo: Dios no nos ha dado un espíritu de miedo. Eso no es lo que somos. Ese no es el Espíritu de Cristo Jesús en nosotros. En cambio, Dios nos ha dado un espíritu de poder, amor y autocontrol.
Tenemos poder, amor y dominio propio debido al Cristo resucitado, todopoderoso, todo amor y toda disciplina dentro de nosotros. Su presencia lo cambia todo.
En el libro «Ver con nuestras almas» (Seeing with Our Souls), la hermana Joan Chittister relata una historia sobre un hombre que tuvo este tipo de coraje. La historia, tal vez legendaria, proviene de la literatura de los monásticos y cuenta una época en la que un gran ejército invadió un país y dejó un camino de destrucción. Su mayor ira estaba reservada para los monjes:
Cuando los invasores llegaron a uno de los pueblos... el líder de la aldea informó al comandante: «Todos los monjes, al enterarse de su acercamiento, huyeron a las montañas». El comandante sonrió con una sonrisa amplia y fría, porque estaba orgulloso de tener una reputación de ser una persona muy temible. Pero entonces el líder agregó: «Todos lo hicieron, menos uno». El comandante se enfureció. Marchó hacia el monasterio y pateó la puerta. Allí en el patio estaba el monástico restante. El comandante brilló ante la figura. «¿Sabes quién soy?», exigió el comandante. «Yo soy el que puede atravesarte con una espada sin golpear una pestaña». Y el monástico arregló al comandante con una mirada serena y paciente y dijo: «¿Y sabes quién soy? Soy uno que puede dejar que me atravieses con una espada sin golpear una pestaña».
Ese es el espíritu intrépido de Cristo resucitado dentro de nosotros.
Scripture
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En este devocional encontrarás la sabiduría de un hombre de Dios que recibió, directamente de Jesucristo, el conocimiento de lo que significa ser su seguidor en diferentes áreas de la vida cotidiana. El cristianismo no debe vivirse dentro de los templos sino en las familias, los lugares de trabajo y las comunidades. Recibamos estos consejos y pongamos en práctica cada uno de ellos para reflejar a Cristo.
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