1 Pedro: Vida Extraña, Dios Bueno.Sample

Aparentemente, todo en nuestra vida nos empuja hacia la rebelión. Tenemos una semilla de rebelión de parte de Adán que nos hace inclinarnos hacia el orgullo, la rebelión y la desobediencia. Para empeorar las cosas, para aquellos de nosotros que vivimos en Estados Unidos, toda nuestra nación fue el resultado de la independencia de la autoridad, algo que tiene implicaciones tanto positivas como negativas. En los años 60 y 70 surgió toda una contracultura basada en las protestas, la desviación sexual, el abuso de drogas y alcohol, y la autoexpresión como el bien supremo en lugar de honrar a Dios.

Hoy, incluso damos por sentado que los adolescentes se rebelan contra sus padres como un rito de iniciación. El resultado es desobediencia, deuda, destrucción y desafío en toda nuestra cultura. El énfasis contracultural de todo el argumento de Pedro en esta sección es que Dios es nuestra máxima autoridad, y que Dios obra a través de autoridades imperfectas en nuestras vidas y que una parte importante de la madurez cristiana es aprender a relacionarnos con la autoridad.

En 1 Pedro 5:13, Pedro dice que está escribiendo desde “Babilonia”, pero el lenguaje probablemente es metafórico en lugar de referirse a la antigua capital del imperio de Nabucodonosor. Cientos de años antes, Babilonia era un lugar impío que retuvo y abusó del pueblo de Dios durante unos setenta años hasta que, en los días de Daniel, Dios los liberó. Regresar allí sin ningún motivo sería como un prisionero de guerra torturado que emprende un largo viaje de unos 700 kilómetros de regreso a la celda de su tormento simplemente para pasar el rato. No tiene sentido. Babilonia era el último lugar donde el pueblo de Dios quisiera estar y para los judíos en ese momento era el mismo tipo de lugar que sería un campo Nazi de concentración abandonado para los judíos de hoy.

Además, para la época de Pedro, la antigua ciudad de Babilonia era ruinas escasamente habitadas como Dios lo había prometido (Isaías 14:23). En Apocalipsis 16:19 y 17:5, “Babilonia” se usa como un nombre críptico para Roma, y Colosenses 4:10 y Filemón 24 (probablemente escrito en Roma) muestran que Marcos ya estaba allí con Pablo. Babilonia era tan mala como pudo ser y, por lo tanto, se convirtió en el apodo de cualquier lugar impío y abandonado.

La razón por la que la antigua Babilonia y más tarde Roma se llaman “Babilonia” es porque el mismo espíritu demoníaco estaba trabajando en ambos lugares buscando establecer un reino falso para la guerra contra el Reino de Dios. Esto también explica por qué al final de la historia, Apocalipsis 14:8 informa: “Ha caído, ha caído Babilonia la grande, la que hizo beber a todas las naciones el vino de la pasión de su fornicación”. Apocalipsis 17:5 habla de “Babilonia la grande, la madre de todas las rameras y las abominaciones de la tierra”. Apocalipsis 18:2 dice: “¡Ha caído, ha caído Babilonia la grande! Se ha convertido en morada de demonios, refugio de todo espíritu inmundo…” Detrás de toda la cultura demoníaca mundana sin Dios, desde el pecado sexual hasta la industria de la pornografía, el tráfico de personas y las adicciones a las drogas y el alcohol, hasta los cárteles y las organizaciones del crimen apoyados por gobiernos impíos, hay un espíritu demoníaco llamado Babilonia. Una vez que Jesús regresa para destruirla, todo lo que ella ha creado se desmoronará. Cuando Pedro dice que está escribiendo desde Babilonia, está dejando en claro que la iglesia se enfrenta a una cultura demoníaca y sin Dios.

Reflexión:

1. ¿Cómo nos modela Jesús la sumisión a la autoridad divina y humana?

2. ¿Por cuales personas con autoridad sobre ti puedes orar? ¿Por cuales personas bajo tu autoridad puedes orar?

3. ¿Cómo podemos unirnos a ti para agradecerle a Dios por su autoridad sobre ti que te ha permitido “morir al pecado”, “vivir para la justicia” y “sanar” algo quebrantado en ti?