El Gran "Yo Soy" Y Sus PromesasSample
Dios quiere que ¡Sueñes!
“¡Decide soñar, sí querido amigo/a, decide soñar”!
Como padres de dos hijos maravillosos nos sentimos realmente felices cuando vemos junto con mi esposa que sus sueños y anhelos son cumplidos por Dios a través nuestro.
Y si nosotros, como padres nos ponemos felices, con cuánta razón Dios, nuestro buen Padre Celestial se pone feliz al ver que sus hijos sueñan.
Querido amig@, Dios no quiere que solo, honremos su nombre, le obedezcamos, vivamos en su voluntad, sino que también Él quiere que apartemos tiempo con Él para desear y preguntarnos qué cosas podríamos hacer en la vida.
Francamente el cristianismo sería muy aburrido si Dios quien hizo nuestra capacidad de soñar, no nos dejara un espacio para hacerlo y ver nuestros sueños hechos realidad.
En mi viaje de fe, he visto a varias personas (Incluyéndome a mí) que en oportunidades han silenciado el don de soñar con Dios debido a un malentendido en su corazón; bien sea porque las injusticias de otros estropean sus sueños, o porque creen que por causa del pecado Dios los castiga de tal forma que no pueden volver a soñar nunca más.
Si bien es cierto que Dios definitivamente tiene una voluntad para nuestras vidas, también anhela que soñemos con él para que sus deseos se conviertan en los nuestros.
Imagínate cómo sería el mundo si Dios no permitiera que sus hijos soñaran, de cuántos descubrimientos, inventos y creatividad nos perderíamos. Pienso que los grandes descubrimientos, invenciones y avances tecnológicos e industriales, primero nacieron en el corazón de Dios, y luego Él, generosamente los compartió con la humanidad.
Bueno, tal vez te preguntes y ¿Cómo es soñar en Dios? Las escrituras nos dan la respuesta: “Deleitándote en Él” (Sal 37.4), que no es otra cosa que hacer de Él tu pasión, tu amor, tu mayor motivación y deseo en la vida. Confiar en Él a tal grado, que puedas entregarle todos tus asuntos y permitirle a Él que moldee tus pensamientos y estilo de vida.
Querido amig@, nuestro buen Padre Celestial anhela que estemos tan encantados con Él, tan plenos en Él y nos deleitemos tanto en Él, que al final podamos amar y desear lo que Él ama.
¡Y si esto llega a ser una realidad en tu vida, lo de desarrollar una relación tan íntima con Dios! Tal vez, esa impresión, sentir, palpitar, deseo profundo o sueño que tanto anhelas, a lo mejor ha sido tu buen Padre Celestial quien la ha puesto ahí, en tu corazón. Así que ¡Decide soñar! Y descansa en Él, que, si son correctos tus sueños, en su tiempo que es perfecto y a su manera que es la mejor, los cumplirá.
Recuerda, Dios está dispuesto y es capaz de guiarnos a la plenitud de la vida abundante, tan solo haz de Él, tu principal alegría, motor y pasión de vida.
“En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre”.
(Salmo 33:21)
¡Medita en esto!
About this Plan
Aunque las promesas de Dios son preciosas, maravillosas y tienen un valor eterno, no se dan sin un plan que implique fe y acción de nuestra parte. La Biblia contiene muchas promesas, las cuales Dios usa una y otra vez de forma personal para bendecirnos y para que retengamos en medio de los tiempos actuales, sin vacilar la confesión de nuestra fe
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