Caminando Con El Favor De DiosSample

Caminar con el favor de Dios es algo que me ha llevado mucho tiempo entender. 

Solía pensar que, si iba a la iglesia regularmente y oraba, estaba caminando con el favor de Dios. Pero el favor de Dios requiere más que obediencia renuente. Requiere más que una inversión. 

Caminar con el favor de Dios requiere tu atención completa e indivisible. 

Requiere que estés involucrado. 

El favor de Dios requiere que te mantengas conectado. 

¡El circuito del favor de Dios no se puede completar hasta que seas parte del ciclo! Caminar con el favor de Dios necesita esfuerzo. Últimamente, tener el favor de Dios requiere tu decisión; no llega a los que se quedan quietos.

Requiere acción.

Dios está en todas partes. Podemos tratar de huir de Dios, fingir que Él no sabe dónde estamos, pero SIEMPRE estamos a la vista de Dios. Pero eso no significa que estás en Su presencia íntima. No significa que estás caminando con el favor de Dios. 

¡Puedes estar presente sin vivir el momento presente!

Jonás pensó que podía huir de Dios. Cuando Dios le mandó que fuera por un lado, decidió ir en otra dirección. Jonás se escondió como un polizón en un barco, y todavía Jonás pensó que caminaba con el favor de Dios. ¡Entiende que Jonás estaba equivocado! La presencia y el favor de Dios te preceden para preparar tu bendición, sólo cuando estás de acuerdo con Su voluntad sobre tu vida. 

Puedes caminar con el favor de Dios siempre y cuando escuchas la palabra del Señor. Cuando le escuchas a Él, entonces Dios te bendecirá y caminarás en bendición. ¡No hay otra manera!

Caminar en otra dirección, contra la palabra del Señor, es tomar la decisión de salir de Su presencia y dejar Su favor atrás. 

La gente que rinde sus vidas con el favor de Dios, se dan cuenta que la cosas comienzan a cambiar rápidamente. La gente que solía tener la alegría, la fuerza y la paz, un día se dará cuenta que no han sentido esas emociones por mucho tiempo y que no han estado bendecidos desde el día que decidió dejar el favor de Dios y caminar en otra dirección.

Cuando estaba fuera de la voluntad de Dios, caminando en rebelión y tratando de hacer las cosas a mi manera, me di cuenta que no podía apoyarme con el peso de las tormentas de la vida.

Caminar con el favor de Dios es permitirle a Él que soporte mi peso.