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 Todos tenemos cosas a las que les tememos. Es normal. Cosas como el rechazo, no estar a la altura, estar solo, las opiniones negativas de los demás, lo desconocido o la enfermedad. El miedo puede ser como una sombra oscura sobre nuestras vidas; tan poderoso que casi se siente como una prisión. Sentir miedo es una emoción humana. Pero no tenemos que vivir atrapados en nuestro miedo.

 Versículos como este son un recordatorio de la verdad de Dios cuando nuestro miedo se siente más verdadero, lo que es real de Dios cuando nuestro miedo se siente más real. Puede que nunca dejemos de sentir miedo, pero podemos recordar que Dios es más grande que eso. Dios es nuestro lugar seguro. Esta semana, ora, dile en voz alta o escríbele en un diario a Dios todos tus temores y deja que Sus promesas sean la luz en tu oscuridad.