POSPANDEMIA. Un plan de tres días. ¿Qué viene ahora? ¿Cómo será el futuro? Dios tiene algo que decirte.Sample

FE POSPANDEMIA

Habíamos salido con mi esposa y mis hijos rumbo a Jamaica. Aquel vuelo de American Airlines 331 nunca más sería olvidado. Estábamos emocionados por ver y abrazar a familiares. Comenzó el descenso para aterrizar en la ciudad de Kingston en medio de fuertes vientos y densas nubes que cubrían toda la isla. Al tocar tierra, algunos pasajeros comenzaron a aplaudir la maniobra exitosa del capitán, y recuerdo que pensé en ese momento: «Vamos a esperar para aplaudir, aún no se ha parado el avión». 

Fueron segundos interminables, el avión aun rodando por la pista mojada se zarandeaba de un lado a otro, las turbinas en reversa parecían gritar del esfuerzo, y los frenos, que habían cumplido deteniendo las ruedas, eran insuficientes ya que en el asfalto mojado seguían resbalando como si rodaran. Definitivamente era pronto aun para el aplauso.

La nave saltó de la pista, salió del aeropuerto rompiendo una valla de alambre y cayó en las rocas de la playa partiéndose en dos. Allí se paró, en la oscuridad absoluta. La lluvia y el viento entraban en la nave desecha, y mi única preocupación eran mis hijos y mi esposa. Nadie murió aquel día, los abracé y descansé. Terminamos un poco golpeados y extremadamente asustados, pero bien, por la gracia de Dios. Pero déjame decirte que fue una de las experiencias más difíciles de mi vida.

De muchas maneras la vida es igual a un aterrizaje de emergencia. Sucede cada día. Todo parece ir bien, cuando de pronto nos enfrentamos a una tragedia. 

¿Sientes que estás atravesando por un momento oscuro en tu vida, que estás solo, luchando con tus propias fuerzas, enfrentando el futuro sin esperanza? Quizás no estés atravesando una tragedia de esas que se desencadenan en segundos, quizás toda tu vida es una larga tragedia. Quizás tus relaciones son un desastre y los rostros de las personas que has herido te persiguen. 

El mundo está lleno de personas que se ponen una máscara y andan por la vida aparentando estar bien cuando en realidad están sufriendo por dentro. Entonces se preguntan: «¿Hay esperanza para mí? ¿Tengo un futuro?»

Si estas dentro de «esa nave» que se precipita sin control a la catástrofe, quiero decirte: Sí, hay esperanza. Hay un gran futuro para ti. Y aún más, hay descanso para tu alma. En el libro de Jeremías capítulo 6 dice el Señor: «Deténganse en el cruce y miren a su alrededor, pregunten por el camino antiguo, el camino justo, y anden en él. Vayan por esa senda y encontrarán descanso para el alma.» Esa es la promesa de Dios. 

Cuando ponemos nuestra fe en Jesús sabemos que Él está con nosotros, y que nuestro futuro está seguro en Él. Podemos tener valor y esperanza aun en los momentos más complicados de la vida.

Tú puedes estar seguro de lo que dice Josué 1:9: «¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas.»

Quiero animarte a que, con fe, te apoyes en Dios en cada situación. Habla con Él como lo harías con un amigo, porque eso es lo que Él es, nuestro mejor amigo. Al hacerlo, no sólo experimentarás la paz, el consuelo y el poder de Dios, sino que tendrás una historia que la gente necesita escuchar para enfrentar la vida con esperanza.

Si estás dispuesto a dar este paso de fe, y entregar tu vida en las manos de Dios, me gustaría guiarte en unos simples pasos. Visita la página, haciendo clic en el link que encontrarás en el renglón siguiente, y dime: Sí Andrés, creo en Dios y hoy decido profundamente creerle a Dios. www.sihayesperanza.org  

Andrés Palau