Guardianes Del EvangelioSample

¿Cuál es el fundamento de tu vida? Si construyes una casa sobre un fundamento deficiente, lo más probable es que tarde o temprano tengas que volver a edificarla. Esta es una verdad tan antigua y evidente que Jesús pudo emplearla en Su enseñanza hace 2000 años de una manera que no requiere contextualización para que los oídos contemporáneos la comprendan.

La verdad de la identidad de Dios es el firme fundamento sobre el cual edificamos nuestra fe. Es el poder que nos transforma de ser enemigos de Dios para pasar a ser adoptados en Su familia. Fue al recordar la verdad sobre su padre que el hijo pródigo entró en razón mientras se encontraba atrapado en el chiquero, y es al recordar la verdad sobre nuestro Padre celestial que podemos entrar en razón mientras nos encontramos atrapados en las trampas del diablo. Para todos los pródigos, la verdad es lo que te hace libre y te lleva de regreso a la casa amorosa y al firme fundamento del Padre celestial.

El mayor desafío que enfrentó la iglesia primitiva es, en realidad, el mismo que enfrentamos hoy. No la persecución en primer lugar, sino las falsas enseñanzas. Cuando la verdad de Dios se distorsiona, se pervierte o se deja a un lado, el firme fundamento sobre el cual debemos edificar nuestras vidas se convierte peligrosamente en arena movediza.

Jesús conocía el poder de una buena historia, como la del constructor sabio y el constructor necio, y también sabía cómo presentar Su enseñanza en oraciones breves, fáciles de memorizar. Cuando comprendes algo profundamente, puedes presentarlo de manera sucinta y clara sin cambiar su verdad esencial. Cuando tu fundamento es sólido, hasta la estructura más simple que construyas puede resistir las fuerzas más feroces.

No obstante, cuando tu fundamento es la arena movediza del capricho o el deseo personal o cultural, tu «verdad» puede parecer y sonar atractiva, pero cuando los vientos de los desafíos o de los cambios soplen, tarde o temprano caerá. Pablo enumera varios fundamentos desastrosos sobre los cuales las personas edifican sus vidas, tales como el orgullo, el dinero, el estatus, la traición y la autocomplacencia. Advierte que algunas de estas personas incluso tendrán apariencia de piedad. El mayor problema de un fundamento inestable no es solo tener que reconstruir lo que se caiga, sino sobrevivir al ser aplastado cuando se desmorone.

El Dios santo nos ha proporcionado el camino mediante el cual nosotros, personas impías y rebeldes, podemos volver a entrar en una relación con Él: gracias a la vida perfectamente santa de Jesús entregada en sacrificio santo, podemos vivir para Él mediante Su Espíritu Santo y podemos conocerlo mediante Su santa Palabra. El resultado no es una mera apariencia de piedad, sino el seguro cimiento de ella, revelado a través de la constante transformación de toda la vida en justicia, fe, amor y paz. Para ser el pueblo santo del Dios santo, debemos construir nuestras vidas sobre el cimiento firme de Su inalterable, inquebrantable y constante verdad santa. No se trata solo de la palabra que proclamamos, sino de la palabra en que nos convertimos.

A la gran misionera en Hong Kong, Jackie Pullinger, se le preguntó en una entrevista sobre su asombroso «ministerio», a lo cual ella respondió: «No tengo un ministerio... simplemente tengo una vida».

Un peligro en el evangelismo es que pasemos más tiempo trabajando en el método de evangelismo que en comprender y vivir el mensaje en sí. Somos gente que explica correctamente la palabra de, como Pablo le exhorta a Timoteo que haga, pero no meramente para elaborar buenas charlas o desarrollar ministerios. Nuestro objetivo por la gracia y la provisión de Dios es convertirnos en la palabra viva de Dios al mundo.

Gente santa con un mensaje santo.

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Otro principio central de la orientación del grupo Avance es aguzarse mutuamente en lo que realmente es la verdad fundacional del evangelio. Deseamos proclamar el mensaje del evangelio con precisión en cada oportunidad que tengamos. En cada sesión, se dedica tiempo a luchar con la escritura a través del debate grupal incitado por preguntas sobre temas relevantes, mientras procuramos aplicar la verdad del evangelio a nuestras vidas y la evangelización que fluye de ellas.