Guardianes Del EvangelioSample
¿Recuerdas cómo recibiste el evangelio la primera vez? Tal vez fue en un evento donde se proclamó el evangelio desde una plataforma. ¿Acaso un miembro de la familia o un amigo te presentó a Jesús a lo largo del tiempo? O quizás leíste la Biblia por tu cuenta y decidiste seguir a Jesús luego de que te confrontaran con la verdad de Dios y que ella te convenciera de pecado.
Timoteo, el joven protegido de Pablo, caminaba en la fe en gran parte gracias a que su madre y su abuela se habían asegurado de depositar en él la fe desde su infancia. Sin duda, esperaban que el depósito que habían formado en su vida de niño se desarrollaría hasta llegar a la confianza plena en Jesús a lo largo de su vida.
Cuando compras una casa, con entusiasmo pagas el depósito sabiendo que asegura que vivirás en la propiedad. Luego sigues realizando pagos hasta que cancelas el valor total de la casa (¡más intereses!). El entusiasmo de aquel depósito inicial y de lo que asegura puede desvanecerse con el tiempo, al dejarte solo con la molestia de ver que grandes sumas de dinero salen de tu cuenta al ir pagando la hipoteca mes a mes.
De manera similar, aquellos primeros días de caminar con Jesús pueden ser algunos de los más apasionantes y sublimes, pero con el tiempo, podemos permitir que el entusiasmo de aquel primer depósito le dé lugar a la rutina y a las circunstancias de la vida. Lo que una vez parecía un milagro de gozo puede terminar más cerca del cumplimiento de una obligación para asegurarnos de alcanzar la línea de llegada de esta vida a cuentas con el banco de Dios.
Pero esta no es la fe en la que Dios quiere que camines a diario ni cómo quiere que lo comprendas y que experimentes la confianza en Él.
Pablo le recuerda a Timoteo el depósito de fe que recibió para refrescarle la verdad y la esperanza del evangelio en toda circunstancia. Pablo conocía las debilidades y las propensiones de Timoteo, y al escribirle procuraba adelantarse a cualquier desafío que pudiera robarle el gozo de su fe.
Tal vez te sientas tentado a ceder a la vergüenza, la timidez, el sufrimiento o cualquier otro desafío que este mundo te arroje. Pero Dios conoce tus debilidades y propensiones, y te proporciona Su Espíritu, un espíritu de poder, amor, y autocontrol para vencer y mantenerte firme en toda circunstancia.
No solo tenemos el Espíritu para asegurar nuestra fe, sino que también tenemos el sólido fundamento de la enseñanza de los apóstoles —la palabra de Dios— sobre el cual edificar nuestras vidas.
Para proteger el depósito de fe en nuestra vida, nos arraigamos diariamente en la verdad de la Palabra, y en oración, le pedimos a Dios que nos dé el poder de Su Espíritu, para que conozcamos y compartamos Su amor, y para que Él nos ayude a disciplinarnos en nuestra vida de fe. Al hacerlo, en lugar de ver que el entusiasmo inicial se, desvanece con el tiempo, por la gracia de Dios veremos que nuestra fe se enciende para Su gloria, y sin duda, para que el mundo que nos rodea lo vea.
Entonces un día, alguien puede responder gozosamente la pregunta, ¿recuerdas cómo recibiste el evangelio la primera vez?
Promover el evangelio: únete al movimiento
Guardar el depósito de fe es una actividad deliberada con la que nos comprometemos a diario. Los grupos de Avance se comprometen a reunirse deliberadamente una vez al mes a modo de guardar la responsabilidad que tenemos de llevar las buenas nuevas al mundo.
Scripture
About this Plan
¿Cómo podemos ser testigos más eficaces del evangelio y siempre presentar la esperanza que ofrecen las Buenas Noticas? En este plan bíblico, hará un viaje a través de la segunda carta alentadora de Pablo a Timoteo para explorar su papel como mensajero de las buenas noticias y volverse cada vez más seguro como guardián del Evangelio.
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