Una perspectiva de gracia sobre el trabajoSample

¿El trabajo es una bendición?

En los tiempos bíblicos, la gente no conectaba su trabajo con su realización personal. De hecho, el trabajo era más sobre la supervivencia, dado que el trabajo duro y honesto producía alimentos, ingresos y un sentido de logro. La idea detrás del trabajo en tiempos bíblicos era ser productivo y al hacerlo, uno estaba haciendo lo que Dios mandó. Uno era contribuyente no sólo al bienestar de su familia, sino también al bienestar de la nación. Lo mismo ocurre hoy en día. El trabajo, cuando se ve en la perspectiva bíblica adecuada, produce sustento, un techo sobre la cabeza, da peso al valor y costo de las cosas, apoya la dádiva generosa y mucho, mucho más.

Para los profesionales hoy en día, ver su trabajo como algo más que un sueldo, puede tener profundas implicaciones en la motivación, la pasión, la ética, la energía y la devoción puestas en su trabajo. Así que detente ahora mismo y hazte las siguientes preguntas:

· ¿Mi trabajo es un sueldo o lo veo como parte de la bendición de Dios en mi vida? 

· ¿Es mi trabajo algo que tengo que hacer, o algo que tengo el privilegio de hacer? 

· ¿Mi trabajo proporciona un sentido de logro, o es mundano sin sentido ni propósito?

La respuesta a estas preguntas puede revelar tu motivación con respecto a tu trabajo, ya sea que te relaciones a él con entusiasmo y pasión o como una obligación. También puede revelar lo que sientes por Dios. ¿Abordas tu trabajo con integridad? ¿Reconoces la bendición de tu trabajo como un don del Señor? Por último, también puede revelar cómo haces físicamente tu trabajo, ¿pones energía en tu trabajo? ¿Te dedicas a hacer bien tu trabajo? Mientras estaba en una prisión romana, Pablo declaró: «Regocíjate y de nuevo digo regocíjate».

Dios valora el trabajo y nos ha bendecido con él. Te invito a pensar en el trabajo como una bendición. Dios instituyó el trabajo en el Jardín del Edén, y lo vemos en todas las Escrituras. Muchas de las parábolas de Jesús describían obras como plantar, sembrar en viñedos, cuidar ovejas, etc. Jesús y los Apóstoles trabajaron. La imagen que tenemos de Dios, en el principio, es que trabajó. Si él lo hizo, como sus hijos, también deberíamos ver el trabajo como una bendición.