La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2020Sample
Habla mientras caminas
Me encanta caminar. Aparentemente es una de las mejores formas de realizar ejercicio físico. Por supuesto, caminar también es un medio de transporte. En el mundo antiguo era la forma más común (y para algunas personas, la única) de moverse.
Caminar por cualquier motivo se disfruta más si se comparte con alguien. Caminar y hablar es un modo excelente de comunicarnos con la familia, los amigos y también con Dios.
El punto es que hacemos dos cosas al mismo tiempo. No solo realizamos ejercicio o viajamos. Al caminar juntos entablamos comunión mutua. Tanto Enoc como Noé «caminaron con Dios» (Génesis 5:24; 6:9). No solo se sentaron, arrodillaron o levantaron con Dios (el tipo de acciones que a menudo asociamos con pasar tiempo con él), sino que también estaban en comunión con Dios cuando hacían algo más. Mientras llevas a cabo otras cosas (trabajar, comer, ejercitarte o relajarte) puedes estar en comunión con Dios simultáneamente.
Personalmente, también me resulta la mejor forma de orar. Ha sido mi estándar durante los últimos años. Luego de leer la Biblia cada día, salgo y camino por un parque local, que casi está desierto bien temprano en la mañana. Llevo conmigo un papel y un bolígrafo para escribir lo que perciba que el Espíritu Santo me dice al orar. Puedes orar mientras caminas hacia la parada del autobús o vas de una reunión a otra durante el día. ¡Habla cuando camines!
La Biblia tiene bastante que decir sobre el caminar con Dios. Es así como se pretendía que viviéramos. Fue el pecado de Adán y Eva el que hizo que se escondieran cuando «oyeron […] que Dios el Señor andaba recorriendo el jardín» (3:8).
El deseo del Señor para ti es caminar «humildemente con tu Dios» en una relación con él (Miqueas 6:8). Esto es lo que él hizo posible de modo que camines como Jesús anduvo (1 Juan 2:6). Puede que de vez en cuando tropieces, pero un día caminarás con él en vestiduras blancas (Apocalipsis 3:4).
Salmos 3:1-8
Camina con la cabeza bien alta
David anduvo con Dios. Pero eso no significa que todo fuera perfecto.
Este salmo fue escrito durante una rebelión impulsada por Absalón, hijo de David, que a su vez había sido parcialmente ocasionada por el adulterio de David (ver 2 Samuel 12:11). No obstante, David se arrepintió por lo que había hecho y Dios lo perdonó, restaurando su relación con él.
David no tuvo una vida fácil: «Muchos son, Señor, mis enemigos; muchos son los que se me oponen, y muchos los que de mí aseguran: “Dios no lo salvará”» (Salmo 3:1-2). Sin embargo, David clama a Dios: «Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza!» (v.3). Al igual que David, debes llevar tus temores y pedidos ante Dios: «Clamo al Señor a voz en cuello, y desde su monte santo él me responde» (v.4).
Pese a su situación angustiante, Dios levantó la cabeza de David. Él no quiere que estés alicaído, trayendo constantemente a tu memoria los remordimientos sobre tu pasado, los problemas a tu alrededor y el pecado dentro de ti. En cambio, quiere que levantes la cabeza y veas la ayuda que está sobre ti, que andes con la cabeza bien alta y tus ojos fijos en él.
David fue capaz de decir: «Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene. No me asustan los numerosos escuadrones que me acosan por doquier» (vv. 5-6). Pese a todos sus problemas parecía tener paz interior, como un lago donde se ven fuertes olas en la superficie pero en lo profundo reina gran quietud.
Señor, oro por el año que tengo por delante. Por favor ayúdame a transitar contigo el camino de paz, con mi cabeza en alto, confiando en que suplirás todo lo necesario para cada día.
Mateo 2:19-3:17
Camina al paso del Espíritu Santo
Juan el Bautista preparó el camino para Jesús. Mientras que el bautismo de Juan era simbólico, Jesús bautizaría «con el Espíritu Santo y con fuego» (3:11). Esta profecía se reafirma más adelante de manera drástica cuando el Espíritu Santo desciende sobre Jesús en su bautismo (v.16), confirmando que él era aquel de quien hablaba Juan y que Jesús es capaz de derramar el mismo Espíritu Santo sobre tu vida y la mía.
En varios sentidos, el bautismo de Jesús fue diferente al nuestro. No necesitaba ser bautizado «para arrepentimiento» y él ya estaba lleno del Espíritu Santo. Juan el Bautista tenía dudas sobre si debía o no bautizarlo (v.14), pero Jesús dijo: «Dejémoslo así por ahora, pues nos conviene cumplir con lo que es justo» (v.15).
El Señor se identificó con nosotros, seres humanos pecadores, desde el mismo inicio. Procedió de aquella forma con miras a llevar nuestro pecado en la cruz. Como resultado, podemos experimentar el Espíritu Santo de una manera similar y así caminar «guiados por el Espíritu» (Gálatas 5:25). Aquí vemos algo de lo que significa andar «guiados por el Espíritu»:
- Acrisolar nuestra vida en el fuego
Juan dijo que aunque él bautizaba con agua, Jesús bautizaría «con el Espíritu Santo y con fuego» (Mateo 3:11). El Espíritu Santo vendrá como un fuego acrisolador para dar poder y pureza a tu vida. El fuego acrisolador del Espíritu implica que puedes ser libre del temor del fuego del juicio cuando Jesús regrese (v.12).
- Llenarnos de paz
Al ser bautizado y salir del agua, «se abrió el cielo, y [Jesús] vio al Espíritu de Dios bajar como una paloma y posarse sobre él» (v.16). La paloma es un símbolo de paz que el Espíritu Santo trae a tu vida. El «fruto del Espíritu es […] paz» (Gálatas 5:22).
- Confirmar nuestra adopción
Una voz del cielo afirmó: «Este es mi hijo amado» (Mateo 3:17). Jesús es el Hijo de Dios de una forma singular. Sin embargo, el Espíritu Santo nos asegura a todos nosotros que en virtud de lo que Jesús ha hecho, también somos hijos e hijas de Dios: recibimos el espíritu de adopción. Y por él podemos decir: «¡Abba! ¡Padre!». El Espíritu Santo mismo testifica a tu espíritu que eres un hijo de Dios (ver Romanos 8:15-16).
- Entender que somos amados por Dios
La voz del cielo expresó la palabra «amado» (Mateo 3:17). El apóstol Pablo señala que el amor de Dios por ti se derrama en tu corazón por el Espíritu Santo (Romanos 5:5).
- Sentir su complacencia
La voz del cielo afirma: «Estoy muy complacido con él» (Mateo 3:17). De nuevo, era supremamente cierto con respecto a Jesús, pero al caminar guiados por el Espíritu, tú también puedes experimentar este sentido del deleite y la complacencia de Dios.
Señor, gracias por concederme el Espíritu Santo para acrisolarme, darme paz, asegurarme que soy hijo tuyo, conocer tu amor y sentir tu complacencia. Ayúdame a caminar «guiado por el Espíritu».
Génesis 4:17-6:22
Camina en relación con Dios
Los seres humanos somos la cumbre de la creación de Dios. Nos creó para caminar relacionados con él. Cuando creó al ser humano, lo hizo a semejanza de él mismo. Creó hombre y mujer, y los bendijo. El día que fueron creados los llamó «seres humanos» (5:1-2).
Sin embargo, tristemente la humanidad se descarrió: «… la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal… [a Dios] le dolió en el corazón» (6:5-6).
El mal comienza en nuestro pensamiento y nuestra imaginación, esto es, nuestro corazón. Es un caso de «basura adentro, basura afuera». Debemos considerar no solo nuestras acciones sino también nuestros pensamientos, actitudes, motivaciones e imaginación.
En medio de la corrupción y el mal, es posible ser distintos y marcar la diferencia. Enoc y Noé son dos ejemplos de aquellos que no fueron detrás de la multitud sino que «anduvieron con Dios».
Parece que «después del nacimiento de Matusalén» (5:22), Enoc anduvo fielmente con Dios por el resto de su vida. Hay algo tan poderoso, sorprendente y casi milagroso en ver el nacimiento de nuestros propios hijos. Uno de mis mejores amigos se convirtió al cristianismo al ser testigo del nacimiento de su primer hijo.
«… y como [Enoc] anduvo fielmente con Dios, un día desapareció porque Dios se lo llevó» (v.24).
Noé también caminó con Dios. Halló gracia (favor) a los ojos del Señor (6:8). Pese a toda la maldad que giraba en torno a él, «Noé era un hombre justo y honrado entre su gente. Siempre anduvo fielmente con Dios» (6:9). Noé le creyó a Dios y construyó un barco, aunque no llovía ni había agua a la vista. Noé hizo exactamente lo que Dios le pidió que hiciera (v.22).
Señor, ayúdame a ser justo e irreprensible en mis pensamientos, palabras y acciones, caminando contigo en una relación estrecha. Ayúdame a hacer todo lo que me pidas hacer.
Pippa Adds
Génesis 5:18
La edad promedio para formar una familia parece que era un poco más elevada que en nuestro mundo actual. Jared tuvo a su primer hijo a los 162 años. ¡Lo contrario al embarazo adolescente!
Obviamente le llevó mucho tiempo prepararse para la paternidad. Pero al parecer hizo un buen trabajo, porque su hijo Enoc caminó con Dios (Génesis 5:22-24).
References
Nueva Versión Inernacional (NVI)
Copyright © 1999 by Biblica, Inc
About this Plan
Este plan lleva a los lectores a través de todas las Escrituras en un año, incluyendo el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y un Salmo o Proverbio cada día. Combinado con un comentario diario de Nicky y Pippa Gumbel, este plan nos guía a conectarnos más estrechamente con la Palabra de Dios y nos alienta no solo a aplicar las enseñanzas de las Escrituras a nuestra vida diaria, sino también a profundizar en nuestra relación con Jesús.
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