Marcos: El evangelio de poderSample
¿QUIÉN ERA MARCOS?
Probablemente, el autor del evangelio era la misma persona que Juan Marcos, el joven asistente de Bernabé y de Saulo. Quizás era primo de Bernabé y, por ello, este quiso llevarlo como ayudante en su primer viaje misionero. El nombre Marcos era, en realidad, un sobrenombre latino, mientras que Juan era su nombre propio judío, que significa “gracia de Dios”.
Su madre era judía, María de Jerusalén. Su casa era el lugar de reunión de la iglesia de Jerusalén, el lugar adonde Pedro fue después de salir de la cárcel. Nada se sabe de su padre, pero Bernabé era su primo, y por eso los apóstoles lo llevaron a Antioquía.
Es probable que haya sido llevado a Cristo por Pedro (1 P. 5.13), si bien la expresión “mi hijo” puede haber sido una mera indicación de asociación estrecha en el ministerio. De hecho, Pedro y Marcos son ligados el uno al otro por algunos escritores antiguos, como Papias.
Marcos comenzó muy temprano con su ministerio cristiano. La relación con Bernabé era natural y filial, y por eso se transformó en “ayudante” de su primo y de Pablo. Si bien no está claro qué hacía, parece que su tarea era la de un aprendiz, si bien seguramente tenía una parte en la predicación y el bautismo de los convertidos. La experiencia ganada junto a hombres tan capaces debe haber sido interesante y valiosa. Sin embargo, Marcos abandonó a los misioneros en Perge de Panfilia, y regresó a su casa.
Cuando se planificó el segundo viaje misionero, Bernabé naturalmente quería que su joven primo fuese incluido de nuevo en el equipo (Hch. 15.37), por razones prácticas. La fuerte oposición de Pablo (Hch. 15.38) sería evidencia de que la cuestión de la salvación por gracia para los gentiles puede haber sido la causa del conflicto, porque este asunto lo preocupaba más que ninguna otra cosa (Gá. 2.4-5; 14.21). Sobre este asunto, bien sea antes o después de este tiempo, el propio Bernabé se mostró débil (Gá. 2.13), a pesar de que se trataba de una cuestión de principios fundamentales. Quizás es correcto decir que ambos hombres estaban acertados en cuanto a Marcos, pero desde perspectivas diferentes. Pablo no quería llevar consigo a alguien tan lleno de prejuicios y poco confiable en un viaje tan lleno de dificultades y desafíos. Bernabé quería darle a su joven pariente otra oportunidad. Pero ambos estaban equivocados en permitir que se produjera entre ellos “un conflicto tan serio que acabaron por separarse” (Hch. 15.39).
La historia posterior de Juan Marcos describe su desarrollo como cristiano y siervo del Señor, hasta que llegó a componer el evangelio que lleva su nombre. Gracias a la paciencia y amor de su primo Bernabé, Marcos salió adelante. Sin dudas, Bernabé esperaba que Juan Marcos resultara un buen siervo de Dios. Así que tomó al joven y regresó con él a Chipre.
Finalmente, Marcos alcanzó a ocupar un lugar destacado como ministro de Cristo. Llegó a ser uno de los pocos fieles entre los judíos-cristianos que apoyaban a Pablo, además de considerarlo positivamente al decir “me es de ayuda en mi ministerio” (2 Ti. 4.11; ver Flm. 11). La referencia que Pedro hace de él (1 P. 5.13) puede ser posterior a la muerte de Pablo, lo que prueba que Marcos seguía trabajando en “Babilonia” (Roma) de donde Pedro escribe su carta.
La tradición agrega, además, que Marcos predicó en Egipto y en el norte de África, y que fundó la gran iglesia de Alejandría.
Quizás lo más curioso en cuanto a Marcos es que pudo haber sido el muchacho que vio a Jesús en el jardín de Getsemaní, mientras lo seguía cubierto “con solo una sábana,” hasta que lo detuvieron y “soltó la sábana y escapó desnudo”.
No obstante, Marcos conocía a Jesús personalmente, pero no había estado con frecuencia con Él, primero, por causa de su juventud (era un adolescente) y, segundo, porque residía en Jerusalén y el Maestro cumplió la mayor parte de su ministerio en Galilea. Por esto mismo, tuvo que obtener la mayor parte de su información en cuanto al Señor de otras personas.
About this Plan
El evangelio de Marcos es único en su presentación de Jesús: es retratado como el hombre milagroso de Galilea. Se mueve de una acción a otra, lo que hace que el relato sea dinámico y cautivante. “Acción” y “Poder” son palabras que resumen la trama de Marcos. El evangelio presenta un gran énfasis sobre el aspecto humano de Jesús, pero también sobre su carácter divino.
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