[Serie ¡Qué dicha!] Humildad y justiciaSample
Justicia
Los invito a leer la siguiente historia adaptada del cuento «Donde hay amor, está Dios» de León Tolstoi (1885).
Donde hay amor, está Dios
En el centro de la ciudad vivía un vendedor de zapatos llamado Martín que trabajaba en un gran almacén y vivía en un pequeño sótano. A través de una ventana de madera, podía reconocer desde allí los zapatos que había vendido a la gente de la ciudad. «¡Gracias a Dios, por mi trabajo!», decía todo el tiempo. Trabajó con amabilidad y diligencia por mucho tiempo. Incluso después de la muerte de su esposa y de sus hijos, continuó haciendo bien su trabajo, pero dejó de bendecir y agradecer a Dios. Se llenó de tristeza y amargura.
Un día, mientras se estaba quejando en su trabajo, un compañero le aconsejó que comprara una Biblia y la leyera. «Allí aprenderás cómo vivir para Dios, todo se explica allí», le dijo.
Siguiendo el consejo de su amigo, comenzó a leer la Biblia poco a poco. Muy pronto la empezó a leer con más frecuencia. Y al final se pasaba noches enteras leyendo la Palabra de Dios y su corazón se abrió al mensaje. Empezó a exclamar: «¡Bendito sea Dios! Que se haga su voluntad». Su ajetreada vida se llenó de calma.
Una noche, ya tarde, mientras Martín leía el Evangelio de Lucas, se encontró con la historia de Simón el fariseo, en cuya casa una mujer había regado un frasco de perfume en los pies de Jesús. Jesús le dijo al fariseo: No me saludaste con un beso, pero ella, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies. No me pusiste ungüento en la cabeza, pero ella ha derramado perfume sobre mis pies. Martín se preguntaba cómo podría uno darle la bienvenida a Jesús, y en eso se quedó dormido.
De pronto, escuchó una voz: «Martín, Martín».
«¿Quién eres?» preguntó él.
«Espérame mañana que te visitaré».
Al despertar, no pudo ver a nadie y volvió a dormirse.
Con la mañana, vino un día muy feliz. Martín hizo sus oraciones, calentó el café y se preparó para ir a trabajar. En su camino, no pudo dejar de pensar en lo que había ocurrido la noche anterior. ¿Habría sido un sueño? No lo sabía.
Muy cerca de su lugar de trabajo, vio un indigente que quería calentarse en las rejas de ventilación de un edificio. Al verlo Martín pensó en el largo día que tendría este pobre en la calle, mientras que él disfrutaría de la calefacción al interior del almacén; así que tomó su abrigo y se lo ofreció. Luego, entró a la tienda, aun preguntándose qué significaría una visita de Dios.
Scripture
About this Plan
Este plan devocional es parte de la serie ¡Qué dicha!, de American Bible Society, que se enfoca en el estudio de las bienaventuranzas, parte importante del Sermón del Monte; con un enfoque práctico y vivencial para la persona y la familia. Este plan abarca las bienaventuranzas: humildad y justicia.
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