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Sermón del Monte

DAY 13 OF 14

  

Lee: Mateo 7:15–20

Reflexiona:

«El árbol bueno sólo produce frutos buenos y el árbol malo sólo produce frutos malos». 

Piensa:

En las empresas hay una práctica común al momento de contratar personal, sobre todo cuando es para ocupar puestos clave dentro de la organización, el proceso de reclutamiento inicia con la revisión de documentos, ver si cumple cierto perfil; posteriormente las entrevistas en las que habla sobre su experiencia y sus objetivos. Pero después viene un periodo de prueba, en el que se juzga su desempeño en la práctica. Porque en el currículum vitae se pueden escribir mil cosas, pero la verdadera prueba para ocupar el puesto es demostrar que realmente se puede desempeñar el trabajo.

En nuestra vida espiritual es igual, podemos saber mucho de la Biblia o hablar sobre el bien y la justicia, podemos escribir libros sobre la moral y la caridad; podemos dedicar horas a predicar, pero lo verdaderamente importante es cuánto de todo aquello que decimos lo ponemos en práctica.

Hoy Jesús nos advierte sobre los falsos profetas que vienen hablando de Dios, pero al final solo lo utilizan para estafar y engañar; pero también es un recordatorio para cada uno de nosotros para no olvidar que debemos dar buenos frutos. Son nuestras acciones movidas por la fe, las que nos salvarán o condenarán, no nuestros discursos.

El Evangelio de hoy nos invita a dejar de lado la palabrería y empezar a hacer algo concreto para mejorar la realidad de nuestro hogar, nuestro trabajo, nuestra comunidad. Debemos demostrar con obras que somos verdaderos discípulos de Jesús. Así que ¡manos a la obra!

Dialoga:

Señor Jesús, ayúdame a ser un discípulo fiel y diligente, que no me conforme con saber de tu amor, sino que me esfuerce cada día para llevarlo a mis hermanos a través del servicio y la entrega desinteresada. Concédeme dar buenos frutos para tu reino.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, que sepa dar verdaderos frutos»

Recalculando:

Para redireccionar nuestra vida cristiana, hoy te propongo que tú mismo decidas por un fruto en específico que te gustaría brindar al mundo. Por ejemplo, ser servicial (o cualquier otro). Durante el día, vas a realizar acciones que te demuestren que en verdad sí estás cumpliendo con la palabra que tú mismo te propusiste. Al fin del día haces una evaluación y también puedes colocar cómo te sentiste dando ese fruto. Toma la práctica de realizar esto y verás que cada día avanzas más en el camino cristiano.