Sermón del MonteSample

  

Lee: Mateo 7:6, 12–14

Reflexiona:

«…el camino que lleva a la vida, …es un camino muy angosto. Por eso, son muy pocos los que lo encuentran.» 

Piensa:

Cuando estaba en la universidad un maestro nos decía: «Siempre vas a encontrar más personas en un concierto, que en una biblioteca». Claro que ahora las bibliotecas están quedando en el olvido por la tecnología, pero el principio sigue siendo válido, son más las personas que siguen páginas sobre chismes, películas o farándula; que quienes buscan libros, noticias o documentales de cultura general. 

Es más agradable buscar las cosas que nos dan satisfacción inmediata, y lo aplicamos en todo desde la comida, el colegio, el trabajo. Siempre estamos buscando atajos y placeres inmediatos, aunque sean temporales.

Es más fácil dejarnos llevar por la pasión como nos presenta la sociedad actual y tener una vida sexual desordenada, porque no implica conexión emocional; pero es mucho más reconfortante fundamentar una relación estable en el respeto y el amor, aunque sea más complicado mantenerlo. Es más fácil hacer trampa en los exámenes, pero a la larga será mucho más fructífero si de verdad nos esforzamos por aprender y convertirnos en profesionales capacitados. Muchas veces estamos haciendo una práctica permanente y transformando en nuestro estilo de vida, sin que nos demos cuenta de cómo ocurre que nos mantenemos en algo que podría ser mejor.

Hoy Jesús nos invita a buscar la felicidad verdadera, pero nos advierte que para conseguirla debemos esforzarnos, no es algo que se consiga por medio de atajos, sino que es un camino pesado y estrecho en el que debemos concentrarnos para no salirnos de él. Esta invitación fue tan válida hace dos mil años, como lo es ahora. Nos sigue llamando a esforzarnos por las cosas que realmente tienen valor, el amor, la caridad, la generosidad, el trabajo comunitario; no son cosas fáciles de practicar, pero la recompensa por el esfuerzo es infinita y vale la pena.

Así que no tengamos miedo de ir contracorriente, en medio de un mundo que nos invita a tomar la vía fácil, ser diferentes y esforzarnos sinceramente por actuar conforme la voluntad de Dios.

Dialoga:

Señor Jesús, tú eres el máximo ejemplo de ir contracorriente, sin importar las críticas del mundo. Dame el coraje para saber imitarte y vivir mi vida siempre poniendo a Dios en primer lugar. Ayúdame a mantenerme en el camino correcto a pesar de las pruebas y los problemas, para poder encontrarte al final del viaje y disfrutar contigo de la verdadera felicidad.

Concéntrate:

Repite varias veces durante el día: «Señor, ayúdame a caminar por el camino correcto»

Recalculando:

Para recalcular la dirección de tu vida cristiana, hoy te invito a que encuentres a una persona que esté en tu alrededor, puede ser alguien del trabajo o de tu estudio, que practique deportes o vaya al gimnasio contigo. Y exprésale tu felicidad cuando vas llevando una vida acorde con el evangelio. Dar testimonio que estás bien, te llevará también a ti a ir corrigiendo la ruta.