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Día 4 | Alegría

La alegría del Señor es nuestra fortaleza.

No es de extrañar que sea lo primero que Satanás intenta robar.

La alegría es una elección.

No importa lo que esté sucediendo a nuestro alrededor, la elección es nuestra.

Cuando las finanzas son difíciles, cuando estamos agotados por el acto de malabares de la vida, cuando estamos tan estirados como podemos estar en la escuela, en casa y en cualquier otro lugar. Cuando las relaciones han ido mal -

no de la manera que elegiríamos ...

Podemos elegir la alegría.

Y cuando lo hacemos, nuestra fuerza se restaura milagrosamente.

No es un sentimiento más que el amor es un sentimiento.

Es una decisión.

Una elección.

Elige la alegría.

Pensemos en la alegría.

Enumera algunas cosas que traen alegría a tu vida.

¿Cuáles son algunas cosas que te roban tu alegría?

Piensa en un momento en que tuviste verdadera alegría en el Señor.

¿Conoces a una mujer que parece tener alegría constantemente incluso en circunstancias menos que perfectas? ¿Cuáles son algunas lecciones que podrías aprender de ella?

Tener una alegría profundamente arraigada no significa que siempre seas feliz. Significa que muy abajo, eliges confiar en la Palabra de Dios. Significa creer en su corazón que Dios tiene el mejor plan para su mejor futuro y elegir tener alegría en su espíritu. Uno de los primeros pasos para la verdadera alegría es la gratitud. Escriba las cosas hoy que está agradecido de que Dios lo está haciendo.

Intentar de no concentrarte en lo que estás esperando que haga. Piensa en su fidelidad hasta ahora.

¿Qué puedes hacer para crear una atmósfera de alegría en tu hogar? En tus amistades? ¿En el trabajo?

Busque en La Biblia la dirección sobre cómo hacer que la alegría sea una parte natural de su vida. ¿Qué dice Dios sobre la alegría? Hoy, escribe sobre una situación que podría fácilmente robarte tu alegría si lo permites.

Escriba algunas cosas específicas que puede hacer para evitar que eso suceda. Pídale a Dios que le de una promesa en la que pueda confiar cuando sienta que no hay nada que le traiga alegría a su vida.