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La voluntad de Dios trae caminos inesperados

Moisés jamás podría haber percibido la extraña dirección que su vida tomaría. Muchos caminos de la vida son inesperados, por decir lo menos. Seguir verdaderamente a Cristo resultará en muchos giros inesperados. Rendir nuestra voluntad y nuestros sueños al Señor nos pone en marcha, pero no detrás del volante.

Los caminos inesperados de Dios exceden nuestras miopes expectativas. Atrapados entre el mar y un ejército enemigo, parecía que a los hijos de Israel se les habían terminado las opciones. Piensa en todas las maneras en que Dios podría haber intervenido. Los israelitas podrían haberse dado vuelta para combatir. Esta fue la estrategia que Dios usó con Gedeón: ejército pequeño vence ejército grande. Podría haber hecho huir al ejército egipcio con una visión de ángeles, como lo hizo con Eliseo. Algunas piedras de la orilla lanzadas al estilo de David contra Goliat, podrían haber logrado el cometido, o si tenía que haber agua en el asunto, ¿por qué no mostrar un avance de la caminata de Pedro? En lugar de ello, se abre un camino impensable e inesperado. Moisés estiró su mano sobre el mar, y el Señor hizo retroceder el mar con un fuerte viento oriental y lo convirtió en tierra seca. Las aguas quedaron divididas en dos.

¡Impresionante! Lo inesperado es el estilo de Dios. Cuando quedes atrapado delante del mar, sigue caminando, porque Dios abrirá caminos inesperados. Con este milagro, el poder, el momento y el liderazgo le pertenecen completamente al Señor. ¡Qué caminata de fe entre dos muros de agua que se piensa tenían por lo menos 20 pies (6 m) de altura! La palabra hebrea para «muro» tiene la connotación de un muro grande (como de una ciudad). ¡Cada paso que daban podría ser el último mientras el rugido ensordecedor del agua los flanqueaba a ambos lados! La fe en un camino inesperado, confiando en lo imposible, es realidad.

Hudson Taylor, el misionero a China del siglo diecinueve, expresó: «He descubierto que hay tres etapas para cada gran obra de Dios: primero, es imposible, luego es difícil, y entonces queda terminada». ¿Qué significa esto para ti hoy? ¿A qué sitio entre un ejército y el mar sientes que te estás moviendo? Dios va a hacer algo inesperado. Un sendero de claridad y dirección vendrá de un lugar inesperado en un momento milagroso. Mantente fiel, enróllate los pantalones y camina en seco cuando Él parta las aguas.

Notas

1. Douglas Stuart, Exodus: The Electronic Edition [Éxodo: La edición electrónica], Logos Library System, New American Commentary II (Nashville, TN: Broadman and Holman Publishers, 2007), s. 36.

2. Nick Harrison, The Magnificent Prayer [La magnifica oración] (Grand Rapids, MI: Zondervan, 2001), p. 428.