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¿Habrá diferencia entre ser perdonados y ser impartidos? 

Hay mucha diferencia, porque ser perdonados, es el sacrificio del Señor Jesucristo en la cruz del calvario que nos alcanzó a todos los seres humanos. Pero ser impartido, incluye: Cristo resucitado, Cristo triunfante y glorioso, que resucitó con el poder del Espíritu Santo, y ascendió a los cielos. Es distinto, el Cristo antes de la crucifixión, resurrección y ascensión, al impartido en nosotros, es el mismo que murió en la cruz, dándonos poder sobrenatural, eso molesta a los religiosos porque creen que este poder no está presente.

El Cristo Eterno jamás había experimentado dos cosas en su vida, el ser Cristo encarnado, esto se cumple solamente hasta el tiempo que Él se hace hombre. Después tiene una función que nunca había tenido, ser el Espíritu Vivificante. Las funciones de Cristo se debían cumplir con el tiempo cronológico de la Tierra, primeramente, siendo Cristo encarnado en Jesús, después resucita para dar cumplimiento al Espíritu Vivificante.

¿Cómo se puede definir un Espíritu Vivificante?

1. Por lógica, ya que fue vivificado.
2. Tiene la capacidad para transmitir vida a otros, porque podemos ayudar a impartir el Cristo a los demás.

Llamarón a Bernabé, Júpiter o Zeus, a Pablo, Mercurio o Hermes. La definición de Júpiter y Zeus en griego es: Suprema deidad de los griegos. La definición de Mercurio y Hermes es: Nombre del mensajero de las deidades; en teoría, para nosotros Pablo es alguien poderoso en palabra, con este significado queda claro que era quien transmitía el mensaje, pero no se pone mucha atención a Bernabé, sin embargo era considerado como el mayor de los dioses por las personas de Listra.

La función de Cristo como Espíritu Vivificante, es clave, porque es Él quien puede dar vida. Estábamos muertos, hasta que el Espíritu Vivificante nos dio vida, esta función no existía antes de la cruz. La relación de Dios con el hombre hasta ese momento, era externa, porque nadie había experimentado ser vivificado. En cambio, nosotros, los hijos de Dios, los que hemos creído, tenemos una relación interna, porque ahora nos habita.