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Oración por el crecimiento en el amor

En esta oración, el apóstol deseaba que los santos fueran llenos con el conocimiento exacto de la voluntad de Dios, porque sabía que solamente así alcanzarían la norma, y ser lo que Dios propuso que ellos sean; solamente así trabajarían efectivamente para él. 

Dios no quiere el servicio mediocre, sino el servicio excelente, no quiere una entrega ocasional sino permanente. De esta manera lo enseñó el apóstol Pablo, «así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre».

Pedro también habló de la importancia de crecer en ciertas características de la fe. Nos exhorta a añadir a la fe virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor, y luego dijo, «porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo». Para lograr esto, se requiere de compromiso y pasión por la causa que envuelve un genuino llamamiento celestial, al cual, el apóstol nunca fue rebelde, tal como lo atestiguó ante el rey Agripa.

Una señal evidente de que el Dios de amor vive en los creyentes, es que el amor de Dios vive entre ellos. «Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él», estas palabras de Juan, expresan con claridad meridiana la esencia de la fe en Cristo, la imagen misma de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su camino. Además, en este mismo versículo, Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética de la existencia en Cristo, «nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él».

Hemos creído en el amor de Dios, así puede expresar todo renacido la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser de Cristo por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con el Dios vivo y verdadero, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva. En un mundo en el cual, a veces, por malos ejemplos de muchos que dicen ser creyentes, se relaciona el nombre de Dios con la venganza o incluso con la obligación del odio y la violencia, este mensaje es de gran actualidad y significado muy concreto. Mi deseo es insistir sobre algunos elementos fundamentales, para suscitar en el mundo un renovado dinamismo de compromiso en la respuesta humana al amor divino.

Si el amor no está detrás de todo cuanto hacemos, de acuerdo a la demanda de este texto, a los ojos de Dios no sirve para nada. De manera que, el amor es central en la vida en Cristo, como expresión legítima y genuina de la naturaleza divina que hemos recibido al nacer de nuevo.