Vencer: Devociones de Tiempo de GraciaMuestra

Fe en los tiempos de pérdida A todos nos gusta fantasear pensando en soluciones rápidas para nuestros problemas: el premio mayor de la lotería, píldoras milagrosas para curar problemas de salud, un hermoso auto nuevo. Usted y yo sabemos que esas cosas ocurren muy raramente y que seríamos unos tontos si contáramos con ellas. No le voy a decir mentiras: puede ser difícil seguir creyendo en las preciosas promesas de Dios cuando muchas veces la aparente perspectiva de la vida se ve tan sombría. A pesar de que vemos el daño que ha hecho y sigue haciendo, en realidad no podemos ver en acción a Satanás y a sus demonios. Pero tampoco podemos ver los desastres que no ocurrieron por las muchas intervenciones de Dios. Cuando oramos porque estamos arruinados, la respuesta de Dios puede ser la de evitar que nuestro auto se descomponga; o tal vez si iba a haber un incendio en nuestra casa, él impidió que se iniciara. Aunque no podemos ver a los santos ángeles de Dios, podemos confiar en que siempre están de guardia y ejecutando perfectamente las órdenes de Dios para la protección de los creyentes. Esta es una promesa de su Padre que edifica la fe: “él mandará que sus ángeles te cuiden por dondequiera que vayas” (Salmo 91:11).Fe en los tiempos de pérdida A todos nos gusta fantasear pensando en soluciones rápidas para nuestros problemas: el premio mayor de la lotería, píldoras milagrosas para curar problemas de salud, un hermoso auto nuevo. Usted y yo sabemos que esas cosas ocurren muy raramente y que seríamos unos tontos si contáramos con ellas. No le voy a decir mentiras: puede ser difícil seguir creyendo en las preciosas promesas de Dios cuando muchas veces la aparente perspectiva de la vida se ve tan sombría. A pesar de que vemos el daño que ha hecho y sigue haciendo, en realidad no podemos ver en acción a Satanás y a sus demonios. Pero tampoco podemos ver los desastres que no ocurrieron por las muchas intervenciones de Dios. Cuando oramos porque estamos arruinados, la respuesta de Dios puede ser la de evitar que nuestro auto se descomponga; o tal vez si iba a haber un incendio en nuestra casa, él impidió que se iniciara. Aunque no podemos ver a los santos ángeles de Dios, podemos confiar en que siempre están de guardia y ejecutando perfectamente las órdenes de Dios para la protección de los creyentes. Esta es una promesa de su Padre que edifica la fe: “él mandará que sus ángeles te cuiden por dondequiera que vayas” (Salmo 91:11).