Usted es Templo de Dios: Devociones de Tiempo de GraciaEjemplo

Honre a Dios porque usted le pertenece: Mi cuerpo está unido al cuerpo de Cristo Cuando vemos personas que están haciendo el ridículo en público o haciendo algo vergonzoso o ilegal, la primera reacción es apartarnos de ellas. “¡No estoy con ellas!” Una de las cosas más maravillosas que Jesucristo nuestro Salvador hace por nosotros es que decidió identificarse con nosotros. No solo asumió carne humana como la nuestra y siguió siendo humano, sino que se deleita en unirse a nosotros y en unirnos a él, en alma y cuerpo. En el sacramento de la Cena del Señor, Cristo constituye una comunión (participación) con el pan y el vino, y luego cuando comemos y bebemos el banquete, constituye una comunión con nosotros. “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?” (1 Corintios 10:16). ¡Qué gran misterio! ¡Cuán grande honor! Cada vez que usted recibe el sacramento, tiene un encuentro personal, físico, con el Hijo de Dios, que le dice una vez más que lo ama y lo perdona. Cada vez que recibe el sacramento, puede decir de nuevo: “Jesús, ¡tú no estás avergonzado de mí! En realidad tú quieres estar conmigo. Y soy uno contigo”.