Las naciones como herencia de CristoMuestra
Desde la perspectiva apostólica
Pablo nos plantea que la gracia y apostolado que hemos recibido conlleva a la obediencia de la fe en las naciones. Se nos ha encargado la tarea de llenar la tierra con la gloria de Dios. Estamos llamados a heredar la tierra, porque somos coherederos con Cristo. Entendamos que es heredar la tierra no el cielo. No solo heredar, sino dominar y reinar sobre ella, tomando posesión de lo que se nos ha entregado como herencia. Para tomar posesión se requiere hacer una incursión estratégica, no una excursión ecológica, discusión teológica, ni invasión política.
Por lo tanto, no debemos tener temor a gobernar, aunque casi siempre asociamos autoridad y gobierno con corrupción, despotismo y otros desvíos, porque nunca se nos ha entrenado para hacerlo. La iglesia no existe para desarrollar un programa político, social, económico o religioso, aunque influye sobre estas áreas. Existe para cumplir el propósito eterno de Dios a fin de que sea el cuerpo legal y oficial con el que Cristo cuenta para expresar y extender su reino, por eso, la ha dotado con la autoridad para ejercer el poder de discipular las naciones.
Serias preguntas surgen, cuando se trata de describir la escena social actual, pero pocas personas argumentarían que la iglesia no tiene ninguna responsabilidad. Una de las preguntas más sobresalientes es: ¿qué relación tiene la iglesia con la problemática social? El desarrollo y la implantación de una posición teológica frente a los factores sociales y políticos han puesto a la iglesia en crisis. Se trata de una crisis de identidad.
Algunos no tienen idea de cómo identificar su posición respecto al asunto. Otros, como los del campo de la Teología de la Liberación, han perdido su identidad desde el momento en que se unieron política o ideológicamente con elementos gubernamentales, o una determinada filosofía social. Entre estas dos categorías se hallan numerosos dirigentes religiosos.
Por esa razón, me propongo aclarar las tensiones, elementos en oposición, dentro de la Iglesia que tienen que ver con su responsabilidad social. Es indispensable para nosotros, quienes estamos interesados en reconsiderar y definir de nuevo la responsabilidad social de la Iglesia, conocer las opciones posibles.
Acerca de este Plan
El amor de Dios hacia las naciones está declarado e implicado en la Biblia entera, desde Génesis hasta Apocalipsis. Su amor se expresa a través de su autoridad y justo juicio sobre las naciones. Cristo espera que lo manifestemos en nuestras vidas, para que ejerzamos el debido gobierno en las naciones.
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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.redrema.org www.elcentronetwork.com