Espera

Hace poco terminé de hablar en un evento para solteros cuando una mujer se me acercó y me dijo: "Me encantó tu mensaje. Todavía estoy esperando en el Señor pero estoy cansada de la espera". Yo sabía lo que quería decir. Si bien esperar es difícil, es la interminable e indefinida espera lo que nos cansa a muchos de nosotros. Esperamos y no tenemos ni idea si la espera va a terminar alguna vez. De repente cada paso que damos se siente como una tonelada de ladrillos. Cada oración se siente sin respuesta. La presencia de Dios parece lejana. Conoces el trabajo. Has estado ahí antes o tal vez en este momento estás cansado de la espera. No estamos solos en nuestro cansancio. Algunos de los grandes lo sintieron. Abraham estaba cansado de la espera hasta que Dios finalmente respondió. Moisés estaba cansado y pasó 40 años en el desierto. Saúl se cansó y su impulsividad le costó el reino. La lista continúa. El cansancio de la espera es común pero no fatal si se trata correctamente. En 1 Samuel 30:6, David se cansó de la espera, pero él hizo la única cosa que nos ayudará a prosperar en nuestro cansancio: se fortaleció en el Señor. Corrió hacia Dios y se escondió en Su presencia hasta que llegó la victoria. Si estás cansado de la espera, ¿no encontrarás también hoy tu fortaleza en el Señor? ¿No te esconderás en Su presencia hasta que la victoria sea tuya? Al hacer la presencia de Dios tu escondite, encontrarás que Él es todo lo que necesitas y más.

Preguntas:

Al considerar tu tiempo de espera, ¿cuáles son algunas maneras prácticas en las que puedes recurrir a Dios en tu cansancio y encontrar la fortaleza que necesitas para seguir adelante?