Líderes para DiosMuestra
Evita el estrés
En alguna ocasión todos nos hemos sentido estresados, frustrados, intranquilos o hasta hemos dudado del llamado de Dios para nuestras vidas, e incluso de Dios mismo. No es solo la presión de tener una responsabilidad que cumplir, sino que dejamos de disfrutar lo que hacemos. Es por ello que debemos recordar cuatro principios básicos para evitar el estrés en el liderazgo.
Recuerda de quién es la obra
¿Cuántas veces has sentido, que lo que haces no sirve de nada? ¿Qué no estás haciendo la diferencia o que lo que haces no es importante?
Dios es quien construye la obra. Quizá, el motivo por el que te sientes tan frustrado es porque no has dejado a Dios hacer su parte. Han prevalecido tus gustos, convicciones o preferencias por encima de lo que es mejor para la congregación o para tu equipo. Antes de tomar cualquier decisión recuerda consultar primero a Dios y esperar su respuesta. Deja que sea Él quien dirija la obra.
Vence la resistencia al cambio
Algunos lo llaman «celo santo»: cuando alguien llega con ideas nuevas inmediatamente te incomodas porque «esta persona nueva no conoce lo que hacemos aquí», o: «Él no entiende a nuestra congregación». Pero, en realidad, en el fondo, lo que sucede es que nos estamos resistiendo al cambio. Cuando hemos hecho las cosas de cierta forma durante mucho tiempo, nuestra área de responsabilidad se convierte en una maquina bien aceitada que funciona perfectamente. Pero es probable que el problema sea que, por haber hecho las cosas de la misma forma durante tantos años, no estemos dejando espacio para lo nuevo.
Dios es quien protege su obra. Por lo tanto, es Dios quien sabe lo que es bueno para la obra y lo que no. Es Dios quien permite las pruebas y los problemas para sacar lo mejor de nosotros. Es Dios quien pone nuevos líderes y los remueve. Es Dios quien produce los cambios y las tormentas. Es Dios quien trae frescura a través de las nuevas ideas, personas o propuestas.
Esto no significa que dejes de proteger lo que Dios te ha dado. Simplemente significa que dejes de pelearte con la gente y con tu liderazgo, y le pidas a Dios paz y sabiduría para ver lo que Él está haciendo. Te aseguro que siempre es mejor que permitas que Dios haga las cosas a su manera.
"Escrituras
Acerca de este Plan
Todos los que somos hijos de Dios, somos llamados a ser líderes. Hay quienes dirigen iglesias, grandes negocios y hasta naciones. Pero en las Escrituras encontramos, que Dios nos llama a todos a ser reyes y sacerdotes. Tenemos de nuestro lado al único Dios que nos capacita y nos da poder para cumplir su propósito. No todos tenemos el mismo propósito, aunque sí la misma función: ser líderes para Dios.
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Quisiéramos agradecer a Gherman Sánchez por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.championforest.org/about/conroecampus/