Devocional: El esconditeMuestra
¿A que le temes?
Se aferró con fuerza a mi pierna mientras veía a los otros niños correr por el parque. “¿Con quién puedo jugar, mami?”, me susurró en voz baja. Pude ver el temor en sus ojos porque tenía miedo de enfrentarse a algo nuevo. “Estoy aquí contigo cariño, pero necesitas ir a hacer amigos. ¡Te divertirás mucho!”, le dije mientras la empujaba para que se uniera a los otros niños.
El escondite es un lugar de refugio, de cobijo, de protección y de paz. Dios quiere protegerte como Su hijo, así como tú quieres proteger a tus hijos. Y como Él, tú nunca encerrarías a tus hijos para evitar que experimenten el mundo. Quieres que ellos jueguen, aprendan y se diviertan con otros niños. Tú deseas comunidad para ellos.
Cuando crecemos, los días del parque quedan atrás. Nos quemamos una o dos veces y decidimos crear barreras. Dejamos que el temor abata nuestros corazones. Como la comunidad genuina está fuera del alcance de la mano, dejamos que el miedo ocupe su lugar.
Satanás quiere mantenerte en una cajita de temor. Él quiere que te quedes en casa viendo televisión repetida y comiéndote tu tercera caja de galletas en lugar de salir de tu zona de confort e integrarte en comunidad con otros creyentes.
¿Sabes qué sucede cuando te integras a una comunidad? ¡Creces!
En el libro de Josué, Dios le está hablando a Josué diciéndole: "¡Esfuérzate y sé valiente!". Le repite esta línea tres veces. ¿Alguna vez te sientes frustrado por tener que repetir una y otra vez a tus hijos y piensas: "quizás la tercera vez lo retendrá". Dios debe haber estado pensando lo mismo. Josué sintió que estaba enfrentando lo imposible, y Dios le recordó, una y otra vez, que Él estaba ahí con él y no tenía nada que temer.
¿A veces parece imposible conseguir una comunidad genuina, verdad? Es muy difícil abrirse a personas desconocidas y compartir. Es mucho más fácil quedarse en ropa cómoda comiendo caramelos en casa. Así como le digo a mi hija que estoy con ella donde quiera que vaya, ¡el Señor nos dice exactamente lo mismo!
¡No tenemos nada que temer cuando estamos escondidos en Él!
Se aferró con fuerza a mi pierna mientras veía a los otros niños correr por el parque. “¿Con quién puedo jugar, mami?”, me susurró en voz baja. Pude ver el temor en sus ojos porque tenía miedo de enfrentarse a algo nuevo. “Estoy aquí contigo cariño, pero necesitas ir a hacer amigos. ¡Te divertirás mucho!”, le dije mientras la empujaba para que se uniera a los otros niños.
El escondite es un lugar de refugio, de cobijo, de protección y de paz. Dios quiere protegerte como Su hijo, así como tú quieres proteger a tus hijos. Y como Él, tú nunca encerrarías a tus hijos para evitar que experimenten el mundo. Quieres que ellos jueguen, aprendan y se diviertan con otros niños. Tú deseas comunidad para ellos.
Cuando crecemos, los días del parque quedan atrás. Nos quemamos una o dos veces y decidimos crear barreras. Dejamos que el temor abata nuestros corazones. Como la comunidad genuina está fuera del alcance de la mano, dejamos que el miedo ocupe su lugar.
Satanás quiere mantenerte en una cajita de temor. Él quiere que te quedes en casa viendo televisión repetida y comiéndote tu tercera caja de galletas en lugar de salir de tu zona de confort e integrarte en comunidad con otros creyentes.
¿Sabes qué sucede cuando te integras a una comunidad? ¡Creces!
En el libro de Josué, Dios le está hablando a Josué diciéndole: "¡Esfuérzate y sé valiente!". Le repite esta línea tres veces. ¿Alguna vez te sientes frustrado por tener que repetir una y otra vez a tus hijos y piensas: "quizás la tercera vez lo retendrá". Dios debe haber estado pensando lo mismo. Josué sintió que estaba enfrentando lo imposible, y Dios le recordó, una y otra vez, que Él estaba ahí con él y no tenía nada que temer.
¿A veces parece imposible conseguir una comunidad genuina, verdad? Es muy difícil abrirse a personas desconocidas y compartir. Es mucho más fácil quedarse en ropa cómoda comiendo caramelos en casa. Así como le digo a mi hija que estoy con ella donde quiera que vaya, ¡el Señor nos dice exactamente lo mismo!
¡No tenemos nada que temer cuando estamos escondidos en Él!
Escrituras
Acerca de este Plan
Hay veces que, como madre, solo quieres esconderte, quizás en la despensa con una barra de chocolate, ¿cierto? Esconderte de las tormentas de la vida, del peso de las responsabilidades, del ruido, la rutina. Esconderte de las cosas por hacer, de nuestro título. Solo esconderte, a solas con Jesús, donde le escuchemos llamarnos por nuestro nombre, donde le dejemos rodearnos con Sus cánticos de victoria.
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