Conversaciones con DiosMuestra

Aquellos que desean conversaciones más dulces y profundas con el Padre deben aprender a esperar, confiando en Su sabiduría, soberanía, voluntad y tiempo. Pero, ¿por qué a veces Dios requiere que esperemos? A continuación hay algunos caminos seguros hacia la vida de oración relacional y madura que todos queremos, aunque a veces somos demasiado impacientes para esperar.

Si pudiera, me gustaría anunciar este primer principio con fanfarria y una alfombra roja: Es bueno esperar antes de orar, conversando con Dios antes de hacer el pedido. En esta fase de discernimiento, permanecemos en el Señor para descubrir qué hay en Su corazón. La espera demuestra nuestra sumisión y deferencia a Su voluntad. Necesitamos Su sabiduría para preguntar correctamente. 

Cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar, Él les enseñó a decir: "Venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo" (Mateo 6:10). También podemos iniciar la petición pidiéndole a Jesús que nos enseñe a orar. A medida que Él desarrolla Su voluntad en la tierra como en el cielo, estamos correctamente posicionados para hacer una solicitud basada en lo que es Su deleite proporcionar. Preguntar de esta manera cumple simultáneamente el deseo de nuestros propios corazones. Esta práctica ha revolucionado mi vida de oración. Recomiendo encarecidamente las alegrías de rezar la voluntad de Dios. En este precursor relacional, esperamos la venida del Señor como Consejero maravilloso. 

En otras ocasiones, la necesidad de esperar vienedespués de una petición. Este tipo de espera tiene todo que ver con las épocas. No siempre es el momento de recibir. “Hay un tiempo para todo y una temporada para cada actividad bajo los Cielos” (Eccles. 3: 1). La temporada debida seguramente llegará, pero no hasta que sea la hora. La temporada correcta bendecida con la respuesta esperada a nuestras oraciones es doblemente hermosa.

Finalmente, esperar en oración produce perseverancia y la perseverancia no tiene precio. Aquellos que anhelan ser maduros y completos deben recorrer las escaleras empinadas y sinuosas que lo producen. ¡La Biblia va tan lejos como para decir que este proceso estresante debe ser celebrado! Puede que despreciemos el refinamiento del estrés de la perseverancia en el momento, pero más tarde no lo cambiaríamos por nada. Dios nos bendice al no darnos siempre la opción de eludir el proceso de espera.