En las manos de Dios

"Así que no tengan miedo de aquellos que los amenazan; pues llegará el tiempo en que todo lo que está encubierto será revelado y todo lo secreto se dará a conocer a todos"(Mateo 10:28 NTV).

Siempre me rio cuando oigo a la gente decir: "Cuando llege al Cielo, tengo unas cuantas preguntas que quiero hacerle a Dios". Para ser justos, hay preguntas en la vida: ¿Por qué Dios permitió esta tragedia? ¿Por qué Él permitió que eso sucediera?

Pero creo que un segundo después de llegar al Cielo, ya no nos importarán esas preguntas. Veremos a Dios por lo que Él es, y todo lo demás entrará en su enfoque apropiado.

Ahora mismo, nuestra comprensión es limitada; es muy finita. La sabiduría de Dios, sin embargo, es increíblemente infinita y grande. La Biblia dice: "Ahora vemos todo de manera imperfecta, como reflejos desconcertantes, pero luego veremos todo con perfecta claridad. Todo lo que ahora conozco es parcial e incompleto, pero luego conoceré todo por completo, tal como Dios ya me conoce a mí completamente" (1 Corintios 13:12 NTV).

El Cielo será más grande que cualquier cosa que hayamos imaginado. Podemos tomar lo más maravilloso que hayamos experimentado en la vida, multiplicarlo un millón de veces, y tendremos solo un vistazo de cómo será el Cielo. Y la buena noticia es que durará para siempre.

Con esto en mente, pensemos en lo que realmente nos da miedo. Tomemos el escenario más aterrador imaginable. ¿Qué es? El peor escenario no es morir. El peor escenario es morir sin Jesús. Ese es el peor escenario. Esa es la suma de todos los miedos.

Jesús dijo: "No teman a los que quieren matarles el cuerpo; no pueden tocar el alma. Teman solo a Dios, quien puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno" (Mateo 10:28 NTV). Si confías en Cristo, no tengas miedo. Vivir es Cristo y morir es ganancia. Nuestras vidas están en manos de Dios.

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