A través del fuego

Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán. (Isaías 43:2 NTV)

Hace unos años mi esposa estaba cocinando un filete, y como suele hacer, lo puso y luego fue a hacer otra cosa. Pero en esta ocasión en particular, se olvidó del filete. Después de un rato dijo: "Algo se está quemando. ¿Qué es ese olor?".

Digamos que se cocinó bastante.

Me alegra que cuando pasamos por pruebas ardientes como creyentes, Dios no se distrae, no se olvida de nosotros, ni nos abandona.

David escribió en el Salmo 23: "Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado" (versículo 4 NTV).

En tiempos de necesidad debemos recordar entregar nuestros problemas al Señor.

La Biblia nos dice que cuando la gente se quejaba y se quejaba de Moisés, él clamó al Señor. Cuando Ezequías recibió una carta intimidante de un rey que amenazaba con destruirlo, él extendió la carta delante del Señor. Cuando María y Marta vieron que su amado hermano Lázaro estaba enfermo, mandaron llamar al Señor.

Cuando el problema se cruza en tu camino, échalo sobre Él. Extiéndelo delante de Él. Llámalo a Él. Como dicen las Escrituras: "Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes" (1 Pedro 5:7 NTV).

A la mayoría de nosotros nos gustaría evitar los valles de la vida, por así decirlo, pero hay algunas lecciones que aprendemos allí que no podemos aprender en ningún otro lugar.

Dios no promete una vida sin problemas. Pero Él promete estar ahí con nosotros cuando ellos sucedan. Y que gran cosa es saber que cuando el Señor deja que sus hijos pasen por el fuego, Él siempre los vigila y ¡observa el termostato!

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