Tráigalos de Regreso: Devociones de Tiempo de Gracia Muestra

¿Cómo lo Hago? Hable en su idioma Una pregunta sencilla: ¿Cuál es la diferencia entre la iglesia y un club campestre? Una respuesta sarcástica: No hay ninguna diferencia: los clubes campestres prosperan más cuando parece que son exclusivos, es difícil y costoso entrar en ellos, y con toda seguridad no son para todo el mundo. Sin embargo, el don de la salvación que nos da Jesús es para todos, y él quiere que su iglesia sea también para todos, quiere que su iglesia les sirva a las personas, y no al revés. En toda la bendita obra eclesiástica de restauración espiritual, la intención de Jesús es que los narradores se adapten a los oidores, que hablen en su idioma, que les cuenten las grandes historias del divino rescate en términos que los oyentes puedan entender y apreciar. “Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar al mayor número. . . . Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él” (1 Corintios 9:19,22,23). ¿Su congregación trata de hablar el lenguaje de la gente perdida y sin iglesia? ¿Y usted?