Dios y Yo: Devociones del Ministerio Tiempo de Gracia Muestra

Dios y mis frustraciones Bueno, admítalo, se ha enojado con Dios. El que sostiene a la familia ha estado sin trabajo durante un tiempo terriblemente largo. Usted padece una larga enfermedad que le impide continuar en su carrera. Usted trabaja duro para ahorrar un poco de dinero, pero los mercados colapsan y sus inversiones reducen o se evaporan. Usted está golpeado por la trágica muerte de un ser amado. “Dios, ¿por qué permitiste que me sucediera eso?” “¿Por qué, Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué se ha encendido tu furor contra las ovejas de tu prado?” (Salmo 74:1). Note que durante milenios el pueblo de Dios ha estado confundido con grandes penurias y sufrimientos, y se han preguntado si Dios los ha dejado de amar. ¿Por qué permite Dios que nos sucedan cosas malas? O, lo que es peor, ¿Será que él las envía? O, lo peor de todo, ¿acaso son castigos? Entienda estas verdades: (1) Dios no castiga a sus hijos, todo el castigo se ha impuesto en la cruz de Cristo; no hay condenación para los que creen en Cristo. (2) La tierra está destrozada, todo el mundo sufre, usted no va a experimentar el cielo en la tierra; recibirá el cielo en el cielo. (3) Dios pone le límites a su dolor. (4) Dios le promete solemnemente que hará que todo lo que ocurra en su vida, incluso las dificultades, especialmente las dificultades, obren para su bien a largo plazo. Dele un respiro. Espere. Lo verá.