Dios y Yo: Devociones del Ministerio Tiempo de Gracia Muestra

Dios y mis enemigos Los creyentes tienen que soportar y superar amenazas de diversa índole. El rey David se enfrentó a violencia letal por décadas, primero a la violencia de los animales salvajes, y luego a la del rey Saúl que lo quería matar, y después en todas las campañas militares que condujo, y nos dejó salmos elocuentes y fervorosos en los que pide su liberación y que Dios lo libre de todos cuantos se oponen a su divina voluntad. Estas son palabras para cuando usted tema por su vida: “Envió desde lo alto y me tomó, me sacó de las muchas aguas. Me libró de mi poderoso enemigo y de los que me aborrecían, pues eran más fuertes que yo” (Salmo 18:16,17). Los filisteos y los amalecitas ya no suponen una gran amenaza para usted; entonces, ¿quiénes son hoy sus “enemigos”? Si usted es un agente de policía, se puede exponer a un peligro mortal cada vez que toma su placa y sale a la calle; si lleva el uniforme del país, se convierte en un objetivo para todos los que odian a su nación. Todos los hijos de Dios hacen bien al recordar que los peores enemigos que los acechan vienen del infierno; Satanás y sus demonios quieren destrozarlos, en cuerpo y alma. Sin la protección divina y angélica, seríamos destrozados. Señor Jesús, protégeme esta noche de todos los poderes del mal y vela por todos los que te pertenecen.