Dios y Yo: Devociones del Ministerio Tiempo de Gracia Ejemplo

Dios y mis dones En una carrera de atletismo o en un combate de lucha libre, sería manifiestamente contrario a la ética que los jueces o árbitros intervinieran para ayudar a un participante. Se supone que los atletas se desempeñan completamente por su propia cuenta; los jueces no deben mostrar favoritismo ni involucrarse para ayudar a un competidor. ¿Es Dios su juez? Ciertamente; la Biblia no deja duda sobre eso. Pero él es un juez que se ha comprometido a ayudarle a tener éxito en su vida (de acuerdo con sus normas de éxito). No sólo le da dones y habilidades personales, además interviene para hacerlo mejor de lo que es. ¡Imagínese eso! Dios no se limita a mirarlo pasivamente, interviene realmente en la historia de su vida, hace cosas para que usted sea elevado a la grandeza. Escuche al pastor, rey y poeta David: “Dios es el que me reviste de poder y quien hace perfecto mi camino; quien hace mis pies como de venados y me hace estar firme sobre mis alturas; quien adiestra mis manos para la batalla, para tensar con mis brazos el arco de bronce. Me diste asimismo el escudo de tu salvación; tu diestra me sustentó y tu benignidad me ha engrandecido” (Salmo 18:32-35). Dios lo necesita y lo quiere en la obra de la edificación de su reino. Dios piensa que usted es una parte valiosa de su equipo. Dios piensa que usted tiene un papel importante que desempeñar. Dios piensa que usted es una buena inversión. Dios realmente se inclina para engrandecerlo. ¡En serio!