Dios y Yo: Devociones del Ministerio Tiempo de Gracia Ejemplo

Dios y mi dolor ¿Ha pasado alguna vez por un largo tramo de dolor físico? ¿Le duele una parte del cuerpo en este momento? Si lee la Biblia, se dará cuenta de que tiene mucha compañía. Los hombres y las mujeres que encuentra en las páginas de la Escritura comparten plenamente con usted y con personas de todas las edades el quebrantamiento de la vida humana. Va a encontrar personas heridas por espadas y flechas; personas con lepra y hemorragias crónicas; otros con extremidades secas y parálisis, con fiebres y epilepsia, y con huesos rotos. Ya es bastante malo tener que sufrir dolor, pero es aun peor cuando el dolor es crónico, cuando no cesa en ningún momento. A veces Dios concede una curación rápida y milagrosa. Y a veces no. ¿Está esperando alivio en este momento? “Esperé yo en Jehová; esperó mi alma, en su palabra he esperado. Mi alma espera en Jehová más que los centinelas la mañana, más que los vigilantes la mañana” (Salmo 130:5,6). Esta es su esperanza: Jesús ve su dolor. Jesús siente su dolor porque era y es un ser humano igual que usted. Él le pone límite a su sufrimiento, ya ha planeado su rescate; no va a durar ni un minuto más de lo que él ha decretado. Y siempre hace que obre para su bien, para el beneficio de su reino y para su mayor gloria. Siempre.Dios y mi dolor ¿Ha pasado alguna vez por un largo tramo de dolor físico? ¿Le duele una parte del cuerpo en este momento? Si lee la Biblia, se dará cuenta de que tiene mucha compañía. Los hombres y las mujeres que encuentra en las páginas de la Escritura comparten plenamente con usted y con personas de todas las edades el quebrantamiento de la vida humana. Va a encontrar personas heridas por espadas y flechas; personas con lepra y hemorragias crónicas; otros con extremidades secas y parálisis, con fiebres y epilepsia, y con huesos rotos. Ya es bastante malo tener que sufrir dolor, pero es aun peor cuando el dolor es crónico, cuando no cesa en ningún momento. A veces Dios concede una curación rápida y milagrosa. Y a veces no. ¿Está esperando alivio en este momento? “Esperé yo en Jehová; esperó mi alma, en su palabra he esperado. Mi alma espera en Jehová más que los centinelas la mañana, más que los vigilantes la mañana” (Salmo 130:5,6). Esta es su esperanza: Jesús ve su dolor. Jesús siente su dolor porque era y es un ser humano igual que usted. Él le pone límite a su sufrimiento, ya ha planeado su rescate; no va a durar ni un minuto más de lo que él ha decretado. Y siempre hace que obre para su bien, para el beneficio de su reino y para su mayor gloria. Siempre.