LibérameMuestra

Libérame de mis compulsiones: Gastar ¿Es usted tacaño o derrochador? Hay personas que aprietan sus mondas con tanta fuerza que hacen llorar la figura que hay en ellas; como Ebenezer Scrooge, prefieren temblar en una fría oficina que "derrochar" carbón. Pero a otros, probablemente muchos más, les encanta gastar; viven la frase: “Cuando las cosas se ponen difíciles, las dificultades se van de compras”. ¿Qué hay en el gasto de dinero que lo hace tan adictivo? Bueno, es divertido, ¿verdad? Es divertido que lo consientan, darse gusto, dejarse tentar. Es bueno tener cosas. Es mejor tener más. Imaginamos que vamos a impresionar a los demás con los nuevos trajes o juguetes. Jesús advirtió que el gusto por el derroche conduce a amar el dinero, que es una forma mortal de idolatría; dijo: “Mirad, guardaos de toda avaricia, porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15). ¿Cómo puede saber si es un gastador compulsivo? (1) ¿Se mete en peleas familiares por los gastos? (2) ¿Compra todos los meses más de lo que puede pagar? (3) ¿Las compras por impulso lo dejan sin dinero para cosas más importantes, como la educación o las ofrendas al Señor? (4) ¿Se está ahogando en deudas por consumo? ¿Cómo puede ser liberado de la adicción al gasto? Tome las decisiones de gasto conjunto con su familia, un sistema fiscal familiar. Ore para que el Espíritu Santo le ayude a crecer en la gracia del contentamiento. Recuerde que su dinero le pertenece en realidad al Rey y que usted no es más que un administrador en su empresa.