Aceptémonos Unos A OtrosMuestra

Aviso a los novatos No me gustan los primeros días. No me gusta estar solo en un grupo donde todo el mundo parece conocer a todo el mundo. No me gusta desconocer las formalidades del grupo, sus comportamientos y expectativas. No se necesita mucho para avergonzarme en momentos como esos, y si la experiencia es demasiado estresante, no voy regresar si lo puedo evitar. ¿Le parece que la gente que visita su iglesia se siente así? Los buscadores experimentados iglesias se desaniman con mucha facilidad, ¿qué cree que pasa por la mente de una cristiana completamente novata cuando se atreve a visitarlo? ¿O cuando uno que en el pasado ha sido chamuscado por malas experiencias o por mal liderazgo está tratando de entrar con mucha cautela en el mundo de la iglesia, por última vez? Nuestro Señor Jesús tiene un corazón enorme para los novatos y para los que no tienen iglesia. Él siempre está dispuesto a encender o reavivar la llama de la fe en esos corazones. “La caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará” (Mateo 12:20). Los grupos a los que regresé por segunda vez fueron aquellos en los que me acogieron bien y me recibieron como a un amigo, en los que me sentí como un miembro antiguo, en donde me hicieron sentir que tenía un lugar y me hicieron sentir bienvenido. ¿Va a unirse a mí en la iglesia el próximo domingo para esperar a los novatos?