Sabiduría EspiritualEjemplo

Día 2: La Sabiduría de Dios: Fundamento y Bienaventuranza

La sabiduría de Dios no es una idea reciente ni limitada al tiempo; existe desde antes de la fundación del mundo. En medio del caos inicial, cuando la tierra estaba desordenada y vacía, Dios utilizó su sabiduría para establecer el orden en la creación. Así, la sabiduría es un atributo divino que guía y estructura todo lo que Él hace.

En el capítulo 8 de Proverbios, la sabiduría se presenta como una figura personificada, destacando su papel fundamental en la obra creadora de Dios. Este pasaje no solo muestra la grandeza de la sabiduría, sino que también nos recuerda cuánto la necesitamos para ordenar nuestra propia vida. Si Dios la utilizó para dar forma al universo, ¿cuánto más debemos buscarla para nuestras decisiones diarias?

Cristo: La fuente de la verdadera sabiduría

La sabiduría no es solo un atributo de Dios, sino también un don que Él desea darnos. En 1 Corintios 1:30, se nos enseña que Cristo es la fuente misma de la sabiduría divina. En Él se revela el plan de salvación y la guía para vivir una vida plena. Poner a Cristo en el centro de nuestras decisiones no solo nos ayuda a vivir sabiamente, sino que también trae paz, propósito y dirección a nuestra vida.

Sin embargo, la sabiduría no es solo algo que recibimos; la Biblia nos insta a atesorarla y aplicarla en nuestro día a día. Aquellos que viven conforme a la sabiduría divina son considerados bienaventurados.

¿Qué significa ser bienaventurado?

La palabra bienaventurado proviene del latín bene (bien) y ventus (venido), y significa “alguien a quien le ha ido bien” o “alguien que ha recibido el bien”. En el contexto bíblico, esta bienaventuranza no se limita a una felicidad terrenal, sino que se refiere a una bendición profunda que proviene de Dios. Es una vida transformada por su gracia, llena de gozo, paz y propósito.

Al recibir la sabiduría de Dios y ponerla en práctica, experimentamos el bien que Él nos ofrece. Esto incluye felicidad y plenitud, no como ausencia de problemas, sino como fruto de una relación íntima con Él y una vida en obediencia a su voluntad.

Busca, retén y vive la sabiduría

Si eres nuevo en la fe, te invitamos a abrir tu corazón al Señor Jesucristo y pedirle que entre en tu vida. Él te dará la sabiduría que necesitas para agradarle cada día y experimentar su amor y su paz. La felicidad y la paz son consecuencias naturales de una vida vivida sabiamente en comunión con Dios.

Recuerda: ¡Busca la sabiduría, reténla y vívela cada día!