Sabiduría EspiritualEjemplo

Día 1 - ¿Qué es la Sabiduría Espiritual?

Para comprender este concepto, comencemos explorando el significado general de la palabra sabiduría. Su raíz etimológica latina, sapere, nos remite a ideas como “saborear”, “discernir” y “entender”. Esto nos invita a reflexionar sobre cómo la sabiduría nos permite experimentar la vida con profundidad, comprensión y propósito.

Como hijos de Dios, la sabiduría espiritual nos guía hacia un conocimiento íntimo de Él, invitándonos a un contacto directo con su presencia. Dios es la fuente suprema de toda sabiduría.

El principio de la sabiduría: el temor de Jehová

Salomón, un referente bíblico en este tema, afirma en Proverbios que “el principio de la sabiduría es el temor de Jehová” (Proverbios 1:7; 9:10). Este temor no se refiere a un miedo paralizante, sino a una profunda reverencia, respeto y reconocimiento de su soberanía. Temer a Dios significa apartarse del mal, caminar en santidad y tenerlo presente en cada aspecto de nuestra vida. Es el fundamento, el punto de partida para alcanzar la verdadera sabiduría.

En el libro de Eclesiastés, Salomón concluye después de reflexionar sobre su vida: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Eclesiastés 12:13). Este versículo subraya que la plenitud humana no se encuentra en las riquezas, los logros personales o los bienes materiales. La verdadera plenitud radica en rendir nuestra vida a Dios con obediencia y devoción.

Conocer a Dios para temerle

La sabiduría divina no puede existir sin una relación personal con Dios. No puedes temer ni reverenciar a quien no conoces profundamente. Por eso, es esencial desarrollar una relación íntima con Dios basada en una experiencia directa, no en los testimonios o vivencias de otros. Esto implica buscarle activamente a través de su Palabra, la oración y el deseo sincero de agradarle.

Vivir la sabiduría espiritual

La sabiduría de Dios se adquiere y se cultiva cuando decidimos en nuestro corazón buscarle, conocerle y obedecerle. Es un compromiso diario de anhelar su presencia y permitir que Él guíe cada área de nuestra vida, desde los momentos más sencillos hasta las decisiones más trascendentales.

Recordemos que la sabiduría espiritual no es un evento único, sino un camino que debemos recorrer constantemente hasta el final de nuestras vidas.