Jesús Desafía El Pensamiento De Su ÉpocaMuestra

Un último elemento del cual quiero hablar es el valor de la vida.

Cuando los romanos se sentían fracasados o derrotados tenían un dicho entre ellos: “córtate las venas” porque la vida no tenía mucho valor para ellos, cuando dos gladiadores se enfrentaban en el Coliseo romano, el concepto era que el que perdía la batalla era condenado a muerte, el Cesar le preguntaba al pueblo sí lo dejaba vivir o lo hacía morir y el “pueblo” levantaba el pulgar derecho para salvarle la vida o bajaba el pulgar derecho para condenarlo a muerte, generalmente el pulgar iba hacia abajo, porque al vencido, al frustrado, al fracasado había que ayudarlo a morir: "El mundo era de los fuertes".

Pero dos conceptos se introducen en el Imperio Romano, dos ideas nuevas: una es que la vida no le pertenece al ser humano, sino que le pertenece a Dios y el segundo concepto es que el mundo no es de los fuertes, el mundo es de todos por aquello que dijo Jesús: “bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia". Es decir que se introduce el concepto de misericordia y en aquello que también dijo Jesús: “tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber”. Se da cuenta de que el que tiene hambre y sed, están en una posición de debilidad, y Jesús enseñó que no había que matar a esas personas, sino que había que darles de comer que había que darles de beber, que había que visitarlos en los hospitales y en las prisiones.

Es decir, un concepto completamente diferente, y esto trajo dos consecuencias muy interesantes en Imperio Romano: la primera es que disminuyeron los suicidios, porque ahora el nuevo concepto, la nueva idea es que la vida le pertenece a Dios y la segunda cosa que ocurrió es que en el año 395 DC se suprimió El Coliseo Romano donde los gladiadores se mataban unos a otros y se suprimió para siempre. Notemos que una institución que había durado 7 siglos, donde miles de gladiadores se habían asesinado mutuamente, ahora se ponía fin por el valor que la vida tenía.

Somos llamados a producir cambios en las ideas, cambios en una sociedad y así como los cristianos produjeron esos cambios en el Imperio romano, nosotros también somos llamados a hacer lo mismo en nuestras sociedades actuales.